7 formas de proteger el hígado

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El hígado merece más atención de la que piensas. Este órgano tan diligente desempeña más de 500 funciones vitales, desde facilitar la digestión y almacenar vitaminas importantes (como A, D,


E, K y B12) hasta eliminar toxinas y bacterias patógenas del torrente sanguíneo. “El hígado es un órgano extraordinario [...]. [También] puede regenerarse a sí mismo, lo que significa que


puede reparar y reponer las células hepáticas dañadas, siempre que el daño no sea demasiado grave”, señala la Dra. Mahsa Mansouri, profesora adjunta de Medicina Interna en la Facultad de


Medicina Dell de la Universidad de Texas, en Austin. Lamentablemente, más de 100 millones de personas en el país padecen algún tipo de enfermedad hepática, y la inmensa mayoría no lo sabe,


según la American Liver Foundation. Esto se debe a que la enfermedad hepática no suele producir síntomas hasta etapas bastante avanzadas. La hepatitis vírica solía ser la causa principal de


la enfermedad hepática, pero su incidencia está disminuyendo. Por otro lado, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) y las lesiones hepáticas vinculadas al alcohol son cada vez


más frecuentes. Cada vez hay más casos de daño hepático causado por el alcohol debido a que su consumo aumentó en las dos últimas décadas, y ahora es el motivo principal por el cual se


necesita un trasplante de hígado. Sin embargo, “el mayor problema actual es la obesidad”, indica el Dr. Vinod Rustgi, director del Centro de Enfermedades y Masas Hepáticas del Robert Wood


Johnson University Hospital de Nueva Jersey. Alrededor del 25% de la población adulta y el 75% de la población con sobrepeso padecen EHGNA. Este trastorno se caracteriza por una acumulación


de grasa en el hígado. Según Rustgi, un hígado sano no envejece exactamente igual que otras partes del organismo, pero el paso del tiempo sin duda expone a un mayor riesgo a quienes han


vivido con una enfermedad hepática. Si bien la EHGNA en su fase inicial no suele causar problemas importantes, las investigaciones han demostrado que las personas mayores de 50 años que la


padecen tienen más probabilidades de sufrir una fibrosis pronunciada, que se produce cuando la inflamación crónica causa la acumulación de tejido cicatricial alrededor del hígado y los vasos


sanguíneos circundantes. En los adultos mayores que padecen EHGNA, también es más probable que la enfermedad evolucione a cirrosis, el tipo más grave de cicatrización. ¿NECESITAS UNA


DESINTOXICACIÓN HEPÁTICA? Una de las principales funciones del hígado es filtrar las toxinas del torrente sanguíneo, pero eso no significa que esas toxinas queden atrapadas allí o que debas


hacer algo para eliminarlas. “El hígado excreta toxinas de forma natural en sustancias como la bilis, que se elimina con las deposiciones”, señala Lim. Mansouri coincide en que no hay motivo


alguno para hacer una limpieza ni tomar suplementos especiales para mejorar la salud del hígado. “El término ‘desintoxicación hepática’ es muy engañoso y la industria del bienestar lo


utiliza para vender sus productos. La función del hígado es desintoxicar y filtrar las sustancias nocivas del organismo, y lo hace realmente bien. No necesitamos ningún suplemento para


sustentar este [proceso]. De hecho, algunos de estos suplementos pueden dañar el hígado, causar insuficiencia hepática e incluso la muerte en los casos graves”. Un aspecto más positivo es


que las personas que tienen demasiada grasa en el hígado o incluso una cicatrización leve (fibrosis) pueden revertir completamente el daño si toman ciertas medidas, explica Rustgi. Los


siguientes pasos pueden contribuir notablemente a evitar el daño hepático o a su recuperación. 1. CONSUME MUCHOS ALIMENTOS SALUDABLES Intenta consumir menos grasas saturadas —sobre todo de


carnes rojas y procesadas— y más alimentos de origen vegetal, sugiere una investigación que se publicó en la revista _Nutrients_. Otra investigación que se publicó en la revista _Gut_ señala


que la salud del hígado también se beneficia con la “dieta verde mediterránea”, que combina la dieta mediterránea tradicional con otros polifenoles (compuestos vegetales) derivados del té


verde y una planta acuática llamada Mankai, o lenteja de agua de Mankai. Si tienes dudas, elige alimentos con menos grasa y porciones más pequeñas, recomienda Nicholas Lim, profesor adjunto


de Medicina de la División de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota. Lim explica que los mismos hábitos alimentarios que


reducen el riesgo de cardiopatías y diabetes tipo 2 también favorecen la salud hepática.