Un granada competitivo pero obligado a la excelencia al no tener margen de error | ideal

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1. Lejos del atractivo futbolístico para el espectador, el Granada cuajó ante el Elche un partido de pizarra, no exento de competitividad. Ante el mejor ... equipo de la categoría, con


aparente rumbo firme hacia Primera división, los rojiblancos plantearon las contramedidas lógicas para el juego tan particular del conjunto del idealista Eder Sarabia. 2. Es un modelo en el


que se busca desesperar con numerosos pases mediante una salida coordinada en triángulo entre los centrales y el portero, tratando de que uno de ellos quede libre para avanzar en


superioridad por el campo contrario. Los locales, en lugar de acosar con una presión desbocada, al principio, prefirieron mantener las líneas juntas. 3. Aun con esta prudencia, bastó el


orden para que Giorgi Tsitaishvili recogiera una mala circulación ilicitana y marcar. Si los locales hubieran protegido mejor su renta, quizás se habría dado otro partido distinto, con


riesgo creciente de los visitantes y más contragolpes de los anfitriones en respuesta, pero el empate en tres minutos, en un error defensivo, dejó la cita en el mismo punto de equilibrio que


en su arranque. 4. El Granada, se confirmó en la segunda parte, quería que madurara el encuentro. Se aplicó con más intensidad desde el descanso y no necesitó los milagros de Mariño como en


Albacete o Cartagena, salvo en una acción aislada. El balón siguió más tiempo en los pies rivales, aunque en zonas inocuas, pero los rojiblancos lo emplearon más en el área contraria con


algunas acciones de peligro, unas resueltas por Dituro y otras que se marcharon fuera por poco. 5. Hay entrenadores que construyen sus escuadras desde esa tenencia del esférico, como


Sarabia, mientras que otros se decantan por la solidez en sus filas y los ataques más relampagueantes, más acorde con Escribá. Se jugó a lo que quiso el preparador del Elche hasta el


entreacto, pero las tornas giraron después. 6. A los nazaríes les penalizó el penalti errado por Lucas Boyé, que provocó un Gonzalo Villar mejorado en ese acto, y la escasa contribución de


la segunda unidad. El delantero argentino, entre algodones estos días por la lesión en el hombro que sufrió en Cartagena, no acusó la dolencia aparentemente, a buen seguro


'infiltrado', pero no tuvo el santo de cara en el lanzamiento, que envió muy lejos de la portería. 7. El regreso de Brau resultó coyuntural por unas molestias de Neva y no voló en


demasía, aún recuperando sensaciones. Los demás que entraron desde el banquillo apenas mejoraron las prestaciones ofensivas. 8. Sergio Rodelas estuvo algo destartalado en sus apariciones y


Stoichkov, que venía de lesión y entrenó poco la semana pasada, sigue sin alcanzar el estatus que se le presuponía, incluso en la ejecución final de una falta que no supo levantar del


tapete, estrellada contra la barrera por tres veces, entre la ejecución y los rechazos. 9. La última rueda de cambios, ya doble, introdujo a Ricard de extremo derecho y a Borja Bastón por


Boyé. Lo intentó el catalán reconvertido desde el lateral, pero careció de precisión en sus intervenciones, algo superado por el escenario desde que le pitaron hace semanas a la vuelta de su


expulsión en Huesca. 10. Escribá dejó sin minutos a Manu Trigueros, que venía de anotar en Cartagonova, algo que despertó inquietud. Lo justificó por la necesidad de ritmo inicial. No


argumentó su ausencia, al menos en el tramo final. Queda la duda de si, en su actual versión, sus pases habrían dado más opciones de victoria. El Granada compitió mejor que en otros tramos


del curso, pero está obligado a la excelencia al no tener margen de error clasificatorio. En La Rosaleda celebrará el último derbi de la temporada regular al menos.