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Lunes, 12 de mayo 2025, 11:11 Comenta Compartir Los principales barrios de las ciudades están cambiando profundamente. Desde hace algunos años ni los barrios son como antes, ni la gente que
los habita es la misma. Muchos culpan al turismo, otros a la gentrificación, pero lo cierto es que esos cambios existen y también son palpables en Granada. Hasta un barrio histórico de la
ciudad como el Albaicín está cambiando. Sin embargo, las raíces granadinas son muy fuertes en él y todavía es posible encontrar rincones que se mantienen prácticamente sin cambios en los
últimos 50 años. Uno de esos lugares es el Bar Aixa, ubicado en la Plaza Larga del barrio, un negocio que tiene claro que el secreto del éxito es precisamente ese: ser fiel a su origen y,
pese al turismo y a los cambios, seguir siendo un bar de barrio. Manuel Vargas, actual gerente del establecimiento, explica a IDEAL como su abuelo Miguel se hizo con el negocio en el año
1968, cuando lo compró junto a un socio por 200.000 pesetas tras regresar a Granada de Francia. Sin embargo, el bar ya existía antes: «Lo tuvo una familia del Albaicín, Ángel y Angelitas.
Después dejaron el negocio y estuvo un tiempo parado hasta que mi abuelo lo cogió». Desde entonces toda su familia ha trabajado en Aixa hasta el fallecimiento de su abuelo. Y como ninguno de
los hijos se iba a quedar con el negocio, Manuel no lo dudó. «Como su nieto mayor me quedé con el bar. Ahora mismo trabajamos aquí mi padre, que era su yerno, su hija pequeña y los nietos»,
explica. «Me quedé por sentimiento. Nadie se iba a hacer cargo de él y yo no podía dejar que se perdiera porque Aixa siempre ha estado ahí para el Albaicín». «TENEMOS CLIENTES DE MÁS DE 90
AÑOS QUE NO HAN DEJADO DE VENIR AQUÍ DURANTE TODA SU VIDA» Manuel Vargas Gerente del Bar Aixa Sobre el bar, Manuel detalla que es «una esquina a la que todo el barrio ha venido siempre». Un
bar que, más allá de servir buena comida y un trato cercano, es «un punto de reunión» para todos los vecinos del Albaicín. «Aquí todos nos conocemos y hay una gran comunión. Los vecinos
vienen aquí a diario y podemos presumir de que conservamos la auténtica esencia del barrio». En lo relativo a su oferta gastronómica, el gerente de Aixa comenta que ofrecen «la comida casera
de toda la vida». Patatas a lo pobre, migas, carne en salsa, croquetas… Y todo lo ofrecen «tal cual se hacía hace 60 años» porque «no se ha tocado ninguna receta». «Mantener el alma del bar
después de tanto tiempo no ha sido difícil porque tenía una base construida. Lo difícil es adaptarse a los nuevos tiempos porque la gente joven es otro tipo de clientela», asegura. Manuel
ya lleva al frente del negocio más de una década y presume orgulloso de que su bar es «el sitio más auténtico que queda en el barrio». «Tenemos clientes de más de 90 años que no han dejado
de venir aquí durante toda su vida, lo que es un orgullo y significa que algo estaremos haciendo bien», cuenta con satisfacción. De cara al futuro tiene claro que la idea es seguir siendo
fieles a lo que han hecho toda la vida: «Recetas sencillas y buen trato. Cuando algo no falla no hay que tocarlo». Comenta Reporta un error