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Miércoles, 17 de junio 2020, 11:40 | Actualizado 18:51h. Comenta Compartir El emplazamiento a sellar acuerdos va camino de convertirse en una constante en las intervenciones parlamentarias.
El recorrido de las llamadas al pacto, sin embargo, no termina de atisbarse a día de hoy en un escenario de reproches cruzados. La defensa del consenso político se filtró de nuevo este
miércoles en el intercambio dialéctico entre Pedro Sánchez y Pablo Casado en la sesión de control al Gobierno. Pero en ninguna de las bancadas se prescindió de la crítica de fondo al
adversario. El líder del PP volvió a censurar las alianzas de Sánchez y a situar en el sostén del Gobierno a Pablo Iglesias, «que decía que había que iniciar un proceso constituyente», a
Oriol Junqueras, «que desde la cárcel le hace sentarse en una mesa por la autodeterminación», y a Arnaldo Otegi, «que mientras justifica el terrorismo pacta el futuro de los trabajadores».
«Los únicos antipatriotas que hay aquí son los socios que le hicieron presidente, no busque falsos culpables, el único culpable es usted», espetó Casado al jefe del Ejecutivo. La alusión al
patriotismo llega después de que Sánchez apelara a esa cualidad para reclamar al PP su apoyo en la negociación del fondo de reconstrucción con Europa. En el Gobierno se mueven entre la
presión al principal partido de la oposición y la puesta en evidencia del alejamiento político de los populares en la última fase del estado de alarma. Mientras, Casado trata de zafarse de
las acusaciones de confrontación poniendo énfasis en su propuesta de pactos sectoriales. En el PP no ven posible participar en un acuerdo presupuestario con un Gobierno de coalición con
Unidas Podemos. «Sería muy duro», reconoce un veterano del partido. Pero fuentes territoriales abogan por que la dirección se abra a explorar otro tipo de consensos y, puesto que nada
asegura que la legislatura vaya a acabar de manera abrupta, trabaje así en un plan a «largo plazo». En definitiva, se trata, añaden, de bajar la intensidad de «la bronca» que resta
«credibilidad», aparcar «los nervios» e ir construyendo un «proyecto alternativo y sólido». En este marco, Casado volvió a enumerar los posibles consensos. «Llevo meses tendiéndole la mano
para acordar un pacto sanitario Cajal –se refirió en la Cámara baja a la propuesta bautizada así por su equipo el 12 de mayo–, un marco legal frente a posibles rebrotes sin tener que volver
al estado de alarma, una oficina nacional de víctimas de la Covid, un plan de choque económico y una comisión con autonomías y ayuntamientos». . Con este argumento intentó devolver la pelota
al Ejecutivo: «Ya ve, señor Sánchez, la crispación que vende su propaganda no es más que el eco del no es no. La confrontación que usted denuncia lleva la huella de su cordón sanitario. La
división que nos imputa es la sombra de su propio Gobierno». ESCEPTICISMO El jefe del Ejecutivo, que el martes ya recogió el guante del PP en otra sesión de control, la del Senado, se
mostró, sin embargo, escéptico respecto a la oferta de acuerdo de Casado. «Yo que pensaba que venía usted a tender la mano al Gobierno –le afeó– y nos encontramos con lo mismo de siempre».
Sánchez añadió, en todo caso, que «dos ni se pelean» ni se ponen de acuerdo «si uno no quiere». «No voy a entrar en ninguna de las provocaciones que usted vierte (...), yo le insto a lo
mismo que le dije la semana pasada. Si quiere unidad, aquí está el Gobierno; si quiere la bronca, ahí tiene a la ultraderecha», replicó antes de equiparar las preguntas que PP y Vox formulan
en los plenos parlamentarios. En cuanto al partido de Santiago Abascal, el presidente del Gobierno dio prácticamente por «imposible» trabajar la unidad. El líder de esta formación de la
derecha situó, mientras tanto, el problema en el tándem de Sánchez e Iglesias en la Moncloa. No fue el único en censurar los «compañeros» de «extrema izquierda» del Ejecutivo. También UPN
puso el foco en Unidas Podemos. La crítica facilitó a Sánchez, sin embargo, cerrar filas con su socio de Consejo de Ministros. «Habla de si hay un Gobierno adecuado –se dirigió al diputado
por Navarra Carlos García Adanero–, y esto de la respuesta a la crisis no sólo corresponde al Gobierno, también corresponde a la oposición. Después de escucharle me pregunto si España tiene
la oposición adecuada en el momento que estamos sufriendo». . Comenta Reporta un error