Tratamiento estético a base del plasma rico en plaquetas

feature-image

Play all audios:

Loading...

En los últimos años el tratamiento del plasma rico en plaquetas (PRP) ha ganado terreno en los campos de la cirugía estética y la dermatología. Esta técnica busca mejorar la apariencia de la


piel e incluso se aplica después de otros tratamientos estéticos con el objetivo de perfeccionar los resultados.  Durante años se utilizó en tratamientos ortopédicos y otros procedimientos


quirúrgicos. Sin embargo, cuando se comenzó a popularizar en el terreno cosmético arribaron las dudas y los cuestionamientos acerca de cuán seguro es, quiénes están capacitados para


ejecutarlo y quiénes son los candidatos ideales para recibirlo. ¿CÓMO SE OBTIENE EL PRP? El concepto principal del tratamiento con PRP es utilizar las altas dosis de proteínas y los factores


de crecimiento que se encuentran en el plasma de la sangre y en las plaquetas, y así estimular los tejidos dañados y acelerar la sanación de las heridas. Una de las más populares


aplicaciones en el área cosmética es para mejorar la apariencia de la piel. El plasma se masajea sobre esa piel que se busca reparar buscando la absorción del mismo. El objetivo es promover


la producción de colágeno, así como mejorar la apariencia de manchas y atenuar las líneas finas o arrugas. Entre los tratamientos más populares con los que se combina el plasma figuran el


láser y la dermoabrasión. También se suministra en forma de inyecciones en articulaciones y tendones, en el cuero cabelludo para retrasar el proceso de pérdida de cabello y en otras áreas


que han sido sometidas a intervenciones quirúrgicas. Para la obtención del PRP se requiere un personal especializado en una oficina médica diseñada para esos fines. La cantidad de sangre que


se extrae depende del tratamiento que se le realizará. Dicha sangre se coloca en una máquina centrifuga que gira a alta velocidad y que hace que los componentes de la sangre se separen.


Después de la centrifugación, se obtiene una solución amarilla en la parte alta del tubo, que es el componente principal del PRP, o sea las proteínas y factores de crecimiento. El resto son


los glóbulos rojos, los cuales se descartan siguiendo medidas sanitarias estrictas.