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EN LOS 50 Si aún no lo has hecho, es fundamental que trabajes para desarrollar y mantener la fuerza muscular, especialmente en la parte inferior del cuerpo porque "la fuerza de los
músculos de las extremidades inferiores se pierde más rápido que en la parte superior del cuerpo", dice Comana. Puedes usar el peso de tu propio cuerpo y hacer sentadillas (_squats_),
zancadas (_lunges_), lagartijas (_pushups_) o fondos de tríceps (_tricep dips_), o puedes utilizar pesas o bandas elásticas. Lo mejor es trabajar todos los grupos principales de músculos,
incluidos los glúteos (nalgas), los cuádriceps y los músculos isquiotibiales (muslos) y los músculos de las pantorrillas o gemelos. Si puedes seguir un programa para fortalecer todo el
cuerpo que también incluya los músculos pectorales (en el pecho), los grandes músculos dorsales (en la espalda), los deltoides (en los hombros) y los bíceps y tríceps (en los brazos), eso es
todavía mejor, dice Bryant. "Comienza con una serie de 8 a 15 repeticiones y avanza hasta dos o tres series, dos veces por semana". Agrega ejercicios de plancha para desarrollar y
mantener la fortaleza del torso y habrás cubierto todas las bases. EN LOS 60 Y 70 Hall recomienda hacer un esfuerzo por caminar más a menudo y variar la velocidad de marcha de modo de
alternar entre momentos de caminata rápida y un paso más cómodo. Para cuidar el equilibrio, Comana sugiere tratar de pararse sobre un pie durante 60 segundos con los ojos abiertos, sentarse
en una silla y levantar un pie del suelo con los ojos cerrados, o sentarse y ponerse de pie continuamente sin usar las manos, y explica que estos ejercicios para el equilibrio pueden ser
"remediadores en cierta medida". Si deseas tomar precauciones adicionales para proteger el equilibrio, podrías probar alguna forma de ejercicio que involucre el cuerpo y la mente,
como yoga, Pilates o taichí, que “brindarán agilidad, movilidad, flexibilidad y también algunos beneficios de acondicionamiento muscular”, dice Bryant. DESPUÉS DE LOS 80 En cuanto a las
actividades cardiovasculares, "encuentra algo que te guste hacer, incluya interacción social y te energice", aconseja Hall. Podría ser tomar clases de ejercicio aeróbico en el agua
con amigos o unirte a un grupo de caminatas. Una ventaja adicional: "El ejercicio cardiorrespiratorio es una de las mejores maneras de evitar el deterioro cognitivo", dice Hall.
Continúa ejercitando el equilibrio parándote en forma alternada sobre un pie y luego sobre el otro con una mano sobre una mesa para mantenerte estable y la otra mano al costado del cuerpo. O
trata de pararte con un pie detrás del otro, con el talón del pie que está adelante tocando los dedos del pie que está detrás (mantén el equilibrio durante 10 segundos, luego alterna la
posición de los pies). "Asegúrate de usar un calzado que te brinde soporte", dice Hall. Si ves que realmente tienes problemas para mantener el equilibrio, considera trabajar con un
entrenador en un ambiente supervisado. Y no te rindas. Como lo reveló el estudio de Duke: "Hay personas de más de 80 años que están mejor que algunas personas de 60 o 70", dice
Hall. "El cuerpo es una máquina maleable que responde bien a los desafíos, y eso significa que hay mucho espacio para que seamos agentes activos de nuestra propia salud".