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LOS ÚLTIMOS AVANCES SOBRE CARDIOPATÍAS Después de someterse a varias intervenciones quirúrgicas por un aneurisma aórtico (cuando las paredes de la aorta se dilatan), dos hernias y un
problema arterial en una pierna, Steven Rowell recibió una firme advertencia del cirujano: décadas de tabaquismo habían deteriorado los vasos sanguíneos. “Si deseaba vivir más tiempo, debía
tomar algunas decisiones”, reconoce Rowell, de 63 años, ingeniero de redes de un sistema de hospitales de Cape Coral (Florida), quien llevaba más de 25 años fumando un paquete de cigarrillos
al día. “Con todos los nietos que tengo, quería verlos crecer”. Rowell comenzó a practicar natación y ciclismo con su esposa mientras ella se entrenaba para triatlones, y empezó a consumir
una dieta con mayor contenido vegetal. Además, se inscribió en un innovador estudio que permite detectar si las arterias del corazón están obstruidas por placa. Este estudio, conocido como
angiografía coronaria por tomografía computarizada (ACTC), se utiliza mucho en personas que presentan síntomas iniciales de enfermedades cardíacas, como dolor torácico. Sin embargo, ahora
algunos cardiólogos utilizan el estudio en personas como Rowell, que tienen factores de riesgo como el tabaquismo, pero no manifiestan síntomas iniciales. La idea es examinar el interior del
corazón mientras aún hay tiempo de recurrir a medicamentos y cambios en el estilo de vida para atacar la placa perjudicial antes de que se produzca un ataque cardíaco, según el Dr. James
Min, exdirector del Dalio Institute of Cardiovascular Imaging del New York-Presbyterian Hospital. Min creó un sistema llamado Cleerly que fue aprobado por la FDA y su objetivo es evaluar la
placa cardíaca en imágenes de ACTC y asignarle un nivel de riesgo (de riesgo nulo a riesgo grave). “En realidad, los cardiólogos nunca han calibrado directamente las enfermedades cardíacas”,
dice Min. “Parece curioso, pero no lo hemos hecho. Hemos utilizado factores de riesgo, como una prueba de esfuerzo con resultados atípicos o una obstrucción”. Sin embargo, el 50% de los
ataques cardíacos se producen en personas que no han tenido ningún síntoma inicial. El sistema Cleerly podría reducir el riesgo de las personas que no presentan signos externos de riesgo,
según Min. La técnica de detección indica no solo la cantidad de placa, sino también el tipo: la placa endurecida y calcificada es relativamente inocua, mientras que la placa blanda puede
romperse y desprender coágulos sanguíneos peligrosos para el corazón. La posibilidad de observar la acumulación de placa y conocer su tipo puede ayudar a los médicos a elaborar planes de
tratamiento. Además, ver imágenes reales de lo que ocurre en el interior del propio corazón puede motivar a las personas a mantener la medicación y los hábitos saludables. “La mitad de las
personas a las que se recetan estatinas dejan de tomarlas al cabo de un año. Y a los cinco años, el 90% ya no toma la medicación”, observa Min. Al día siguiente del estudio, Rowell vio por
primera vez sus propias arterias coronarias. “Fue una revelación”, nos dice. “Tenía una arteria totalmente obstruida. Casi todas tenían entre un 30 y un 40% de obstrucción, y casi todo era
placa blanda”. Al ver el estado en que se encontraba el corazón, el médico le cambió la medicación para la presión arterial y el colesterol, y motivó a Rowell a mejorar sus hábitos
alimentarios y hacer más ejercicio. Los valores del colesterol y la presión arterial disminuyeron a un nivel más saludable, y bajó 35 libras. En diciembre repetirá el estudio ACTC y espera
ver cambios favorables. No todos comparten la idea de efectuar pruebas de detección ACTC a personas que no presentan síntomas de cardiopatía. En el 2021, la Asociación Americana del Corazón
advirtió a los consumidores de que “no hay datos concluyentes que respalden su uso rutinario” e instó a utilizar las pruebas de esfuerzo para detectar obstrucciones en el corazón. Sin
embargo, el Colegio Americano de Cardiología ha colaborado recientemente con Min en su investigación, y el sistema Cleerly tiene cobertura de algunos planes de seguro. En octubre, Medicare
también comenzó a reembolsar $950 por el sistema. CHAD HAGEN LA LUCHA POR NUEVAS RESPUESTAS Los nuevos usos del estudio ACTC como medida preventiva no son la única técnica avanzada que se
utiliza en la lucha contra las enfermedades cardíacas. Entre los innovadores e interesantes avances se incluyen técnicas quirúrgicas, dispositivos implantables y medicamentos más eficaces.
NUEVAS HERRAMIENTAS DE DESOBSTRUCCIÓN. En el 30% de las 965,000 intervenciones cardíacas de desobstrucción arterial que se realizan cada año en el país, los cardiólogos se enfrentan un grave
problema: una capa dura de calcio que recubre la placa blanda y viscosa de las paredes vasculares. Esta coraza endurecida puede resistir la labor de los cardiólogos para utilizar globos y
endoprótesis que ensanchen las arterias y las mantengan abiertas. No obstante, una nueva técnica denominada litotricia intravascular, que la FDA aprobó en el 2021, utiliza ondas de choque
para desintegrar estos depósitos solidificados. Es similar a la tecnología utilizada para desintegrar los cálculos renales, es más fácil de utilizar para los cardiólogos intervencionistas
(el dispositivo se introduce por arterias del brazo o la pierna hasta el corazón) y puede ser más eficaz en las zonas rígidas profundas de la placa. “Los pacientes de más de 60, 70 y 80 años
que padecen enfermedades coronarias suelen tener calcio en las obstrucciones, de modo que constituye una herramienta importante para tratar las enfermedades cardíacas de las personas
mayores, sobre todo las de más edad”, explica el Dr. Quinn Capers, cardiólogo del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, en Dallas. El 92% de las 384 personas con placa dura
que participaron en el estudio clínico pudieron recibir una endoprótesis después de la litotricia, y no sufrieron ataques cardíacos en los siguientes treinta días. Mientras tanto, ahora los
médicos están implantando endoprótesis más resistentes, seguras y flexibles, lo que ofrece diversas opciones nuevas para los pacientes. En el futuro se perfilan endoprótesis biodegradables
que mantienen las arterias abiertas solo durante el tiempo suficiente para que actúen los medicamentos y las intervenciones relativas al estilo de vida; cuando la arteria se cura, se
disuelven. FÁRMACOS AVANZADOS PARA EL CORAZÓN. Cuando surgieron los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2 (SGLT-2), los científicos pensaron que esta nueva clase de fármacos
sería excelente para reducir el nivel de azúcar en sangre. Se llevaron una gran sorpresa. “Realmente disminuyen los episodios de insuficiencia cardíaca en los pacientes diabéticos. Por este
motivo, y porque los fármacos no disminuyen el nivel de azúcar en sangre si no está elevado, probamos los inhibidores de SGLT-2 en personas con insuficiencia cardíaca y sin diabetes, y el
fármaco resultó ser eficaz también en esos casos”, señala la Dra. Nancy K. Sweitzer, cardióloga, profesora y vicepresidenta de Investigación Clínica del Departamento de Medicina en la
Facultad Médica de la Universidad de Washington en San Luis, y jefa de redacción de la revista Circulation: Heart Failure. En un análisis que se hizo en el 2022 a partir de cinco estudios
destacados, los inhibidores de SGLT-2 redujeron en un 33% el riesgo de hospitalización o muerte por insuficiencia cardíaca. Al mismo tiempo, existen nuevas opciones para las personas que
tienen intolerancia a las estatinas o que, con el tiempo, simplemente dejan de tomarlas. Los medicamentos que eliminan el colesterol, llamados inhibidores de la PCSK9, se administran en
inyecciones cada tres o seis meses en la consulta médica o en un hospital. Bloquean la descomposición de los receptores de LDL, de modo que se deriva más colesterol malo al hígado para su
eliminación. Reducen el LDL entre un 50 y un 60%, y también disminuyen las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco entre un 15 y un 20% más que las estatinas solas. NUEVOS IMPLANTES
EFICACES. Hasta hace doce años, los adultos mayores que estaban más enfermos y tenían válvulas cardíacas rígidas y dañadas se consideraban “inoperables”: la implantación de una nueva válvula
se consideraba demasiado arriesgada porque requería una intervención a corazón abierto. Desde entonces, los cardiólogos han creado un método de implantación de válvulas cardíacas denominado
reemplazo de válvula aórtica transcatéter (RVAT). “Ahora se pueden reparar las válvulas aórticas mediante un procedimiento en el que se implanta una válvula nueva con un catéter insertado
en la arteria femoral por la ingle”, explica Capers. “Algunos pacientes reciben el alta hospitalaria después de permanecer una noche en el hospital, con un vendaje en la ingle”. En el 2019,
los investigadores del Cleveland Medical Center descubrieron que las muertes por válvulas cardíacas dañadas en los adultos mayores se redujeron repentinamente a partir del 2013, al mismo
tiempo que aumentaba la cantidad de procedimientos RVAT en EE.UU.; según ellos, el nuevo procedimiento podría ser el motivo. Hoy en día, la intervención RVAT es más habitual que la operación
a corazón abierto para reemplazar la válvula aórtica. “Es un avance asombroso de los últimos veinte años”, sostiene el Dr. B. Hadley Wilson, cardiólogo intervencionista, vicepresidente
ejecutivo del Atrium Health's Sanger Heart and Vascular Institute de Carolina del Norte y presidente electo del Colegio Americano de Cardiología. LA SALUD DE TU CORAZÓN ESTÁ EN TUS
MANOS Quizá la mejor noticia sobre nuestra crisis de salud cardíaca es que, cuando se trata de nuestro propio riesgo personal, la clave de la prevención está en nuestras manos, nos dice la
Dra. Michelle McMacken, directora ejecutiva de nutrición y medicina del estilo de vida de NYC Health + Hospitals/Bellevue, en Manhattan. “La dieta deficiente es responsable de casi la mitad
de las muertes por enfermedades cardíacas, derrame cerebral y diabetes tipo 2”, explica McMacken. “Incluso entre quienes viven con un alto riesgo genético, un estilo de vida saludable puede
realmente reducir a la mitad el riesgo de padecer enfermedades cardíacas”. Sin embargo, la Asociación Americana del Corazón afirma que solo el 11% de las personas de 40 a 59 años y el 4% de
las de 60 o más toman estas medidas personales fundamentales. Si bien el 72% de los adultos que participaron en una encuesta reciente de Harris Poll manifestaron el deseo de hablar más sobre
el propio cuidado con el médico, el 78% de los médicos que participaron en otra encuesta afirmaron que durante la típica cita de 17 minutos no disponen de suficiente tiempo para ello. Uno
de cada cuatro médicos no se sentía capaz de dar consejos. Y en una encuesta de mil cardiólogos que Freeman (del National Jewish Health) realizó para el Colegio Americano de Cardiología,
casi el 90% tenían poca capacitación o formación en nutrición diaria. Eso tiene que cambiar, dice Freeman. “Es necesario preguntar a los pacientes sobre su estilo de vida, y continuar
abordando el tema. Si incentivamos a los médicos para que le dediquen más tiempo, si les demostramos su valor, serían iniciativas extraordinarias. Si ganamos la batalla contra las
enfermedades cardíacas, dejarán de ser la causa principal de muerte”.