Conoce las funciones de un paramédico comunitario

feature-image

Play all audios:

Loading...

ACOPLARSE AL FUTURO DE LA ATENCIÓN DE SALUD Los pacientes se conectan con los programas de paramedicina comunitaria de varias maneras. Woolsey, en Alexandria, Virginia, revisa información


del Departamento de Bomberos y busca a residentes que con frecuencia llaman al 911 y a adultos mayores que llamaron porque se cayeron. Además, coordina con hospitales locales para visitar a


pacientes a quienes hace poco les implantaron una bomba cardíaca (un dispositivo de asistencia ventricular izquierda o LVAD) y transmite la información sobre sus necesidades de cuidado a la


estación de bomberos más cercana, por si se recibe una llamada de emergencia. Por otra parte, Russell visita a adultos derivados por médicos de atención primaria que no tienen suficiente


tiempo para realizar visitas a domicilio. Muchos de los pacientes que atienden él y sus colegas no reúnen los requisitos para los servicios domiciliarios de salud y carecen de redes de apoyo


en su hogar. Según dice Russell, un paramédico comunitario ayuda a “cubrir los intervalos” entre las consultas con los médicos. “Me parece que somos una herramienta valiosa para los médicos


de atención primaria”. Aunque estados desde California hasta Carolina del Sur han tenido éxito con programas de paramedicina comunitaria, el mayor “obstáculo” que impide que este modelo de


cuidados “se dispare completamente” es el asunto de la compensación, según indica Denny de Idaho. Los seguros médicos privados y públicos cubren la mayoría de los servicios tradicionales de


transporte en ambulancias al hospital y las consultas rutinarias con el médico. En cambio, la paramedicina comunitaria forma parte de un terreno poco definido. Cada comunidad financia sus


programas de manera distinta. Por ejemplo, el Departamento de Bomberos de Alexandria paga por el empleo a tiempo completo de Woolsey como paramédico comunitario. Otros, como Russell,


trabajan gracias a una serie de subvenciones. Algunos programas, entre ellos los de Minnesota e Idaho, han tenido la fortuna de recibir apoyo de programas estatales y de aseguradoras


privadas para los reembolsos. Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) no reembolsan a los paramédicos comunitarios por las visitas a domicilio ni por las citas programadas.


Pero empezarán a probar un nuevo programa en la primavera del 2020 que “reembolsará a los servicios de ambulancias por transportar a pacientes a destinos alternos (en vez de a un


departamento de emergencias) o por tratar a pacientes en el mismo lugar” cuando se recibe una llamada de emergencia, según dijo a AARP esta agencia. La meta es que los pacientes “reciban los


cuidados más adecuados, en el momento oportuno y en el lugar correcto”. Sin embargo, Wilcox dice que solo es cuestión de tiempo antes de que las compañías de seguros y otros responsables


por los pagos apoyen la paramedicina comunitaria. “Si puedes atender a estos pacientes de forma menos costosa y más eficiente —y no en un hospital o una clínica—, al final del período de


pago, la organización de atención médica sale ganando desde el punto de vista económico”, explica. Mientras tanto, seguirá creciendo el movimiento para brindar más cuidados preventivos a


domicilio. “No es cuestión de si la paramedicina comunitaria va a afianzarse, sino de cuándo sucederá”, dice Russell. “Es algo que ya no creo que sea una moda. [...] Nos permite brindar toda


una serie de cuidados”.