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Nuestra nación está despertando a la realidad de que los cuidadores familiares son esenciales para el bienestar de las familias y de nuestra economía. Sus sacrificios salvan vidas y permiten
que millones de adultos mayores y otras personas con enfermedades o discapacidades a largo o corto plazo reciban tratamiento en el hogar. Son una parte crucial de nuestro sistema de
atención médica y representan el equivalente aproximado de $600,000 millones en mano de obra no remunerada cada año. AARP se enorgullece de ser una de las principales voces a la hora de
abordar las necesidades de los 48 millones de cuidadores no remunerados de nuestro país. Juntos, con el apoyo federal, estatal y cada vez mayor de las empresas, hemos logrado mucho. Pero
todavía hay más por hacer. A medida que la población envejece, las exigencias para los cuidadores familiares aumentarán y tendrán un impacto aún mayor en sus cuerpos y mentes. En un informe
reciente de AARP, “_A Look at U.S. Caregivers’ Mental Health_” (Una mirada a la salud mental de los cuidadores de EE.UU., enlace en inglés), se les preguntó a las personas sobre el efecto
que tiene el cuidado en su salud física y emocional, sus niveles de estrés y las maneras en que controlan la presión. Lo que descubrimos es que la mayoría de las personas dijeron que
estaban recibiendo una cantidad adecuada de apoyo de amigos y familias, pero que esto no aliviaba parte de la presión que conlleva la responsabilidad de cuidar de alguien. Más de la mitad
de las personas encuestadas dijeron que cuidar de un ser querido aumentó su nivel de estrés, preocupación, inquietud por el futuro y ansiedad. La mayoría de los cuidadores con empleos a
tiempo completo sufren problemas de salud mental, y muchos dijeron que están demasiado agotados para hacer su trabajo tan bien como desean. Claramente, los cuidadores de Estados Unidos
están sufriendo, a menudo en silencio. En AARP, entendemos la carga mental que puede conllevar la labor del cuidador. Sabemos que las mujeres tienden a lidiar con la mayor parte de la
carga. Y sabemos que las parejas jóvenes pueden estar manejando el cuidado de sus padres mayores y de sus propios hijos.