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¿Recuerdas cuando lavarte el cabello era fácil? El champú limpiaba y el acondicionador acompañante desenredaba, eso era todo. Pues bien, ese dueto sencillo ha cambiado, al igual que tu
cabello. Cientos de champús y acondicionadores para resolver todo tipo de problema —impulsados por la tecnología y la innovación— congestionan los estantes de las farmacias y afirman que
agregan volumen, hidratan, engruesan, reparan, abrillantan, suavizan, controlan el encrespado y realzan los rizos. Sin embargo, no solo se trata de elegir la fórmula correcta. Toda la rutina
de espumar y enjuagar se ha transformado para mejorar los resultados. Entonces, ¿_tus_ hábitos con el cabello y el champú/acondicionador realmente están en sincronía con tu cabello de más
de 50 años? Estos son 10 consejos para lograr un cabello más fuerte y sedoso, y que luzca mejor, como el de las celebridades: Usar siempre —o no siempre— el dúo de una sola marca es algo que
todos nos preguntamos. Elige el juego si quieres hacer las compras más rápido y estar 100% seguro de que los dos artículos atacan y resuelven los mismos problemas del cabello. Los
ingredientes están diseñados para apoyarse y complementarse entre sí —como un conjunto de blusa y suéter— ¡de manera que no puedes equivocarte! Sin embargo, no mezcles residuos que sobran al
fondo de las botellas para crear un champú/acondicionador dos en uno. Lo único que consigues es una limpieza menos eficaz y un acondicionamiento que se desvanece con frotar el champú... por
lo que la combinación nunca nos funciona. Mejor usa el sobrante para lavar lencería a mano. A veces el juego de productos preplaneados no funcionará. Digamos que tienes cabello muy fino que
está teñido, con rayitos y un poco largo. Necesitas un champú suave que no dañe el cabello teñido, un acondicionador humectante que se enjuague y un acondicionador ligero que no se enjuague
para compensar por estilizar con calor. O quizás tengas cabello rizado débil y aplanado que es propenso a quebrarse. Busca un champú que aporte volumen y que acentúe los rizos, pero un
acondicionador reparador que humecte y fortalezca. Combinar es fácil si te mantienes dentro de una marca; lo que es facilísimo, ahora que todas las marcas tienen muchas líneas destinadas a
algo especial. Pero como se nos acaba el acondicionador más pronto que el champú, ese es un buen momento para experimentar si quieres probar un cambio. Los sulfatos —también conocidos como
lauril sulfato de sodio, laurato sulfato de sodio o laurato sulfato de amonio—, que por décadas han sido un ingrediente esencial en los champús, ahora tienen una mala reputación. Aunque
siguen siendo agentes limpiadores supereficaces y crean espuma abundante, los sulfatos también pueden ser problemáticos para algunas personas. Si tu cuero cabelludo siente picazón,
irritación o sequedad, prueba champús y acondicionadores sin sulfatos como una opción de limpieza "más suave". No te preocupes, seguirás obteniendo los demás beneficios que buscas,
desde volumen hasta humectación, y fórmulas para cabello teñido. Esta categoría se ha expandido a medida que los consumidores tienen mayor conocimiento sobre su cuero cabelludo, no solo su
cabello.