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2. ELIJA A SU PRESTAMISTA Usted podrá tener una relación muy cordial con los cajeros, pero la sucursal local de su banco no es necesariamente el mejor sitio para refinanciar. Busque
recomendaciones de amigos y agentes inmobiliarios, y compare las tasas ofrecidas por varias cooperativas de crédito (credit unions) y bancos hipotecarios. Pregunte por los plazos y asegúrese
de que los agentes de préstamos sean competentes y receptivos. Los bancos hipotecarios, que prestan su propio capital, pueden ser lo tolerantes que no pueden ser los bancos tradicionales,
sostiene Bruce Calabrese, presidente de Equitable Mortgage, una compañía de préstamos hipotecarios de Columbus, Ohio. “Si hacemos un mal préstamo, podemos rescatarlo”, explica. Todos los
prestamistas están obligados por las mismas normas gubernamentales, pero también pueden fijar algunas de sus propias políticas de suscripción o colocación. Así, mientras un banco
convencional podría insistir en que su deuda no puede exceder el 45 % de sus ingresos, otro prestamista podría permitirle tomar hasta un 50 % de dichos ingresos, dependiendo de su
calificación crediticia y otros factores. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > 3. PREPARE SUS DOCUMENTOS La
mayoría de los prestamistas piden varios meses de resúmenes bancarios completos para hacer lo que se denomina una revisión de cuentas o auditoría contable. Analizan la entrada de fondos, que
es el dinero que ingresa a su cuenta cada mes. Si tiene grandes depósitos sin un origen claro —ese cheque que le regaló su primo rico para su cumpleaños, por ejemplo— prepárese para
explicar de dónde provino ese dinero. En lo que a impuestos respecta, también tendrá que tener sus declaraciones a mano. Fannie Mae, la empresa auspiciada por el Gobierno que ayuda a proveer
hipotecas, exige que los prestatarios autónomos presenten dos años de declaraciones de impuestos; Freddie Mac, el hermano menor de Fannie, exige al menos un año. 4. MODIFIQUE SUS PLAZOS
Muchos jubilados arrastran hipotecas: casi uno de cada tres tenía alguna deuda hipotecaria en el 2010, según la Reserva Federal. Si bien el refinanciar puede reducir sus pagos, también puede
extender el plazo de pago y comerse sus ahorros luego de jubilarse, así que calcule los plazos en consecuencia. “Usted quiere haber saldado su hipoteca para cuando se jubile”, sostiene Dale
Robyn Siegel, de Circle Mortgage Group, de Harrison, Nueva York, autor de _The New Rules for Mortgages_ (Las nuevas reglas para las hipotecas). Si pasa de una hipoteca a 30 años a otra a 15
o 20 años para poder jubilarse ‘libre de hipoteca’, asegúrese de que podrá afrontar los pagos más abultados. “Piense en el futuro, pero sin complicarse la vida en el presente”, concluye
Siegel.