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Estados Unidos es la primera potencia mundial y por tanto la nación más amenazada por agentes internos y externos de todo el mundo. Por ello cada año se prepara para un nuevo desafío, el que
viene está marcado por la amenaza del denominado «terrorismo internacional». El documento del Director Nacional de Inteligencia americano filtrado recientemente establece las bases de la
contrainteligencia que seguirá el Gobierno norteamericano en 2016. “Los Estados Unidos se enfrentan a una amenaza de contrainteligencia de enormes proporciones que busca socavar nuestra
fortaleza económica, robar nuestra información más sensible y debilitar nuestras defensas. Como hemos hecho a lo largo de la historia, debemos confiar en un fuerte régimen de
contrainteligencia que detecte, disuada, e interrumpa las amenazas de hoy mientras se prepara para los retos del mañana”, es la declaración de intenciones que introduce dicho documento. Su
estrategia está enfocada a luchar no sólo contra grupos terroristas, sino también contra ciber delincuentes y contra entes de inteligencia extranjeros que pudieran atentar contra los
intereses norteamericanos. UN PROBLEMA A RESOLVER: LAS AMENAZAS INTERNAS Dentro del mundo de los espías uno de los mayores problemas a enfrentar es el de los intrusos. Según apunta este
documento, las amenazas internas que han comprometido los intereses estadounidenses frente al resto del mundo han sido numerosas en el último año. Para luchar en este desafío van a
incrementar los medios tanto técnicos como humanos. También es fundamental la intensificación del monitoreo de las actividades de los propios agentes de Inteligencia, especialmente aquellos
que poseen y trabajan con información sensible. UN ‘BÚNKER’ ANTE LAS AMENAZAS EXTERNAS “Las entidades de inteligencia extranjeras amenazan la seguridad nacional, ya que buscan el
incansablemente el acceso a una información sensible de Estados Unidos que les pueda proporcionar una ventaja económica, militar o tecnológica”. Para evitar el robo de este tipo de
información, cada vez más expuesta, el Gobierno de Estados Unidos se propone aumentar la colaboración entre sus servicios de Inteligencia y los de los “socios”, o países amigos. Además, el
documento hace hincapié en la educación y concienciación de sus agentes sobre la importancia de conservar esta información. En esta guía hay un reconocimiento de las deficiencias del sistema
de seguridad que poseen, ya que hablan de “mejorar las medidas de protección en la lucha contra el robo de información”. EL DESAFÍO CIBERNÉTICO Este documento centra sus esfuerzos en
definir la estrategia de inteligencia en términos tecnológicos. La ciberseguridad está, más que nunca, en el foco del trabajo de la contrainteligencia americana para, según marca el
documento, “hacer frente a las amenazas del siglo XXI”. Para protegerse de posibles ataques, reiteran su intención de mejorar los sistemas y de educar y concienciar a sus agentes. Cabe
recordar cómo el fenómeno WikiLeaks hizo temblar esta y otras agencias de Inteligencia, así como sus Gobiernos, alrededor de todo el planeta. El reto se intensifica a medida que la amenaza
yihadista se cierne sobre los ciudadanos y los gobiernos occidentales.