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Gustavo López Jumilla Jueves, 10 de abril 2025, 00:32 | Actualizado 13:43h. Cuando el incienso invade las calles, el sonido de los tambores resuena en cada rincón y la emoción se instala en
el alma de los jumillanos, ya es Semana Santa en Jumilla. Una ciudad que no solo conserva una de las celebraciones más sentidas y singulares de la Región de Murcia, sino que la vive con el
orgullo que otorga una declaración de Interés Turístico Internacional. Durante días, semanas e incluso meses antes, Jumilla ya palpita al ritmo semanasantero: ensayos, traslados, pregones,
presentaciones y actos culturales y religiosos que encienden el sentimiento cofrade en una localidad que se transforma por completo para recibir a miles visitantes y jumillanos ausentes. Es
tiempo de reencuentros, de recogimiento y de devoción, pero también de identidad, cultura, patrimonio y comunidad. Mañana, Viernes de Dolores, será el pistoletazo de salida oficial con el
tradicional vía crucis, momento en que las calles de Jumilla se convierten en un auténtico museo al aire libre con imágenes de gran valor escultórico aguardando la llegada del Santísimo
Cristo del Perdón. Es el primer paso de un camino de diez días intensos, donde cada jornada aporta un matiz distinto a este mosaico de tradición, fe y expresión artística. El Domingo de
Ramos, con su doble simbolismo, une la alegría de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén con uno de los momentos más esperados: la bajada del Cristo Amarrado a la Columna, obra del
maestro Salzillo, desde el convento de Santa Ana hasta la parroquia mayor de Santiago. La imagen más venerada por el pueblo vuelve a encontrarse con sus fieles, durmiendo ya esa noche en el
corazón de Jumilla. La procesión de los Penitentes, en la noche de Martes Santo, es uno de los momentos más impactantes y peculiares en Jumilla. Solo se escucha el arrastrar de cadenas sobre
el suelo, el leve crepitar de los cirios encendidos y el arder de sarmientos en una noche oscura. Una atmósfera sobrecogedora que resume el recogimiento de quienes desfilan y de quienes
observan en absoluto respeto. JUEVES DE MANOLAS El Jueves Santo llega con toda su fuerza simbólica y alegría. Por la tarde, el desfile de las manolas llena de elegancia las calles, una
tradición muy jumillana que anticipa la belleza de la Procesión de la Amargura. En ella, el Cristo Amarrado adquiere un gran protagonismo, acompañado de una ciudad entregada y emocionada. Es
uno de los días grandes, con música propia, emoción en el ambiente y un fervor que contagia. La alegría de la procesión del Calvario, en la mañana de Viernes Santo, precede a la solemnidad
y respeto de la noche del Santo Entierro, una de las procesiones más importantes de Jumilla en cuanto a la expresión artística de sus grupos escultóricos. El Domingo de Resurrección, la
alegría estalla. El encuentro entre el Resucitado y su Madre marca el punto culminante de esta semana vivida con pasión. El Caracol de los Armaos acompaña el júbilo general. Es el final de
una historia contada paso a paso, imagen tras imagen, redoble tras redoble. TRADICIÓN Y PATRIMONIO Cada día tiene su valor, desde la solemnidad del Santo Entierro en la noche de Viernes
Santo, pasando por 'El Prendimiento', drama sacro representado en la plaza de Arriba antes de la Procesión de Jesús Prendido, que este año celebra su 175 aniversario. El Sábado
Santo se distingue por dos momentos: la Procesión de la Redención, donde se puede ver la única imagen de Jumilla portada a costal, y la Tamborada de Gloria, que comienza justo pasada la
medianoche y vuelve a romper la hora desde la plaza de Arriba. Detrás de cada procesión hay siglos de historia, el trabajo incansable de las hermandades y cofradías, y el compromiso de un
pueblo que sabe custodiar su legado. La Semana Santa no es solo un evento religioso: es Jumilla en esencia. Una celebración donde las familias se reencuentran, donde las calles se llenan de
vida y donde cada esquina guarda una emoción. Este 2025, además, algunas de las procesiones más representativas, como la del Jueves Santo y la del Domingo de Resurrección, serán
retransmitidas por la televisión regional, llevando la imagen de Jumilla a todos los rincones de la Región de Murcia. En Jumilla, la Semana Santa no se explica: se vive, se siente y se
transmite de generación en generación. Una ciudad que se transforma para honrar su historia y proyectarla con orgullo al mundo. Porque ya es Semana Santa en Jumilla. * EL LATIDO DEL TAMBOR
Jumilla no se entiende sin el estruendo y el alma de sus tambores. La Asociación de Tambores Cristo de la Sangre es responsable de mantener viva esta tradición que, aunque muy reciente,
refuerza y da identidad propia a la Semana Santa de la localidad. El sábado anterior al Domingo de Ramos tiene lugar la Tamborada de la Burrica, donde pequeños y mayores inundan la ciudad
con redobles y alegría, mostrando que el tambor también es elemento de unión, de cultura y de solidaridad. La Tamborada Infantil del Lunes Santo, convertida en gesto solidario contra el
hambre, es un ejemplo de cómo las nuevas generaciones recogen el testigo de sus mayores. Y el gran momento llega la noche del Sábado Santo, con la Tamborada de Gloria, una cita
imprescindible que, como cada año, vuelve a llenar de energía, emoción y ruido el corazón de Jumilla justo al filo de la medianoche. Reporta un error