«un trono que es una maravilla» | la verdad

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Con este contundente titular definía Óscar Nevado, en el diario 'Cartagena Nueva' del 31 de marzo de 1925, la principal novedad de las procesiones californias ... de ese año. La


peana acababa de llegar procedente de Granada, acompañada de su autor, Luis de Vicente, para ser montada en el interior de Santa María de Gracia, lo que se había convertido en un


acontecimiento para los cartageneros, que acudían a la capilla california a observar, entre exclamaciones de admiración, al artista ensamblando tallas doradas curvilíneas que se retorcían


sobre sí mismas, relieves figurativos y unos magníficos ángeles que sostenían el escudo californio. La adquisición del trono formaba parte del proyecto de renovación patrimonial de la


procesión del hermano mayor Casiano Ros y se había decidido un año antes, cuando se encargó al joven artista que había triunfado en Málaga con tronos del mismo estilo. El nuevo trono, tan


distinto de la vieja peana a la que sustituyó, terminó convirtiéndose en una nueva tipología característica de la Magna Procesión del Prendimiento, al construirse los de la Oración en el


Huerto y el Ósculo y, posteriormente, otros basados en este modelo, que comparte protagonismo con los clásicos tronos de estilo cartagenero destinados a portar imágenes aisladas.