Lazos que unen generaciones para aprender juntos en moratalla | la verdad


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Domingo, 18 de mayo 2025, 08:31 | Actualizado 12:34h. Comenta Compartir El colegio Jesucristo Aparecido, de Moratalla, está desarrollando durante este curso escolar un proyecto de innovación


educativa, aprobado por la Consejería de Educación, en el que participan niños, jóvenes y personas mayores que aprenden juntos compartiendo sus conocimientos, sus habilidades, destrezas y


experiencias. Este proyecto ha revolucionado a toda la comunidad educativa de este centro docente. El proyecto «Tejiendo Lazos» tiene entre sus características principales el hecho de ser


una iniciativa intergeneracional de aprendizaje por servicio. El colegio Jesucristo Aparecido es un centro concertado cuya oferta educativa va desde guardería hasta 4º de la ESO. A través de


este proyecto, sin precedentes en la Región de Murcia y prácticamente en toda España, se ha creado un espacio permanente dentro de sus instalaciones para que mayores y jóvenes compartan


experiencias y conocimientos; a diferencia de otros programas que organizan visitas esporádicas a residencias de ancianos. «El objetivo es ofrecer un lugar a aquellos mayores jubilados, pero


con mucho que aportar, para que puedan integrarse en la vida escolar de forma activa y enriquecedora», explican los coordinadores del proyecto. «Queremos – añaden – que la educación sea la


herramienta para romper las barreras generacionales, porque la desconexión entre jóvenes y mayores no es natural, sino impuesta por la sociedad. Y sabemos que es posible cambiarlo.» En este


espacio, los roles de maestro y alumno se intercambian constantemente. Los mayores transmiten su experiencia en talleres de memoria histórica, arte y huerto escolar, mientras que los jóvenes


les enseñan a manejar la tecnología o los guían en actividades deportivas. Todo ello bajo la supervisión y acompañamiento del equipo docente. UN MODELO CON FUTURO El proyecto «Tejiendo


Lazos» se desarrolla a través de cinco talleres principales. El de Arte, con la creación de manualidades y expresión artística compartida; el de Tecnología, donde los jóvenes enseñan a los


mayores a usar móviles, tablets e internet; el de Memoria histórica, con relatos de vida y costumbres de antaño; el de Deporte, con ejercicios adaptados y juegos tradicionales, y, por


último, el de Huerto escolar, con el cultivo de plantas y verduras en equipo. Cada sesión se convierte en un espacio donde la curiosidad, la paciencia y el respeto mutuo crean lazos que


trascienden las aulas. «Estamos viendo cambios increíbles en nuestra alumnado y en los mayores; crece la empatía, hay más ilusión y una sensación de comunidad que nunca habíamos


experimentado antes», destacan desde el colegio. Con cada historia compartida, cada enseñanza transmitida y cada abrazo espontáneo, el Aula Intergeneracional «Tejiendo Lazos» demuestra que


la mejor lección no está en los libros, sino en la conexión entre generaciones. En un mundo donde las pantallas han reemplazado muchas conversaciones, este colegio de Moratalla nos recuerda


que aprender juntos sigue siendo la mejor manera de construir el futuro. LOS AÑOS SE ABRAZAN Y EL APRENDIZAJE FLORECE El equipo docente que impulsa y coordina el proyecto afirma que «en


nuestro colegio, el aprendizaje tiene forma de encuentro; un espacio donde los años se abrazan y el aprendizaje florece». «Con este proyecto – explican – se ha conseguido lo que parecía


imposible, que niños, adolescentes y mayores no solo compartan un aula, sino que aprendan y crezcan juntos». La iniciativa ha transformado el colegio en un verdadero espacio de convivencia.


«Aquí, los abuelos no vienen de visita: forman parte activa del día a día escolar; su presencia es constante, real, y sobre todo, profundamente valiosa», comentan. «En cada rincón del


colegio – cuentan – hay una historia: un abuelo que aprende a encender un ordenador o a identificar estafas cibernéticas con la ayuda de un niño de primaria; una mujer que nos cuenta cómo


fue su infancia en un podcast grabado por los alumnos; adolescentes que descubren, entre anécdotas, cómo se vivía cuando no existía internet. Y mientras tanto, en el huerto escolar, manos


jóvenes y sabias cultivan juntas tomates y paciencia». Los promotores de esta iniciativa innovadora subrayan que «más allá de los contenidos, este proyecto cultiva valores como respeto,


empatía, escucha y colaboración; y en un mundo donde muchas veces los ritmos frenéticos nos separan, el aula se convierte en un refugio de humanidad». Como ellos comentan «la desconexión


entre generaciones no es natural, es cultural y, en nuestras manos, está cambiarla». En el Colegio Jesucristo Aparecido lo tienen claro: el futuro se construye con raíces. Y Tejiendo Lazos


es la prueba viva de que, cuando esas raíces se entrelazan con ternura y propósito, florecen las mejores lecciones. Las que no vienen en los libros. Comenta Reporta un error