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Lunes, 19 de mayo 2025 | Actualizado 20/05/2025 09:52h. Comenta Compartir La propietaria de un comercio de compraventa de artículos de segunda mano ubicado en la calle Carlos III y
residentes de los edificios próximos piden soluciones para acabar con el negocio en «negro» paralelo que tiene lugar cada día a las puertas de ese establecimiento. Decenas de llamadas a la
Policía Nacional y varias quejas interpuestas en el Ayuntamiento de Cartagena no han sido suficientes para que alguien dé con la solución para el problema que, desde hace años, viene
afectando al Cash Converters y a los vecinos de la zona, según denuncian. «Llevamos abiertos desde 2010 y un año después se instaló en la puerta un grupo de personas que tratan de comprar
los artículos de nuestros clientes antes de que entren a la tienda. El problema ya no es sólo que se nos haga competencia desleal, porque nosotros tenemos que pagar el local, los impuestos y
los sueldos y cumplir una normativa, es que no se trata de personas que hayan decidido comprar un artículo, son mafias», según la propietaria, Cristina Madrid. Los vecinos aseguran que,
aunque ya se han acostumbrado a escuchar «¿vas a vender algo? Yo te doy más» cada vez que bajan a la calle, les sigue generando incomodidad y que «cada vez que alguien se acerca al
establecimiento se forma un revuelo porque enseguida van todos a preguntar. Y si tu llevas cajas o cualquier cosa que abulte abordan para ver si es que quieres venderlo. Para mí es más la
incomodidad que otra cosa. Yo sólo he visto allí una pelea, pero puede generar problemas», dijo una de las vecinas del comercio. El problema de este negocio, al margen de la legalidad, no
sólo se está produciendo en su puerta. También en tiendas similares de otras ciudades como Almería, Barcelona o Sevilla. Un hecho que hace pensar a estos comerciantes que «sólo beneficia a
aquellos que quieren eludir los controles a los que se verían sometidos en caso de venderlos en una tienda de segunda mano». LA POLICÍA ACUDE Los agentes de Policía Nacional que se han
personado en el lugar en varias ocasiones tras las llamadas de los comerciantes y los vecinos apenas han podido hacer nada, puesto que no hallan ilegalidad alguna. «He puesto varias quejas
al Ayuntamiento y he llamado muchas veces a la Policía Nacional, pero dicen que no los han pillado haciendo nada ilegal, pero todo lo que compran lo tendrán que vender en algún sitio. Nos
dijeron que pusiéramos cámaras de seguridad y lo hemos hecho, pero las giran y siguen con sus negocios. Da muy mala imagen, están perjudicando a mi negocio y encima los vecinos creen que es
por culpa nuestra», dijo la dueña del comercio. Comenta Reporta un error