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Martes, 29 de abril 2025, 01:16 Comenta Compartir El Gran Premio de Jerez de este pasado fin de semana ha sido la última gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Pedro Acosta. El
piloto de Puerto de Mazarrón ya no aguanta más en KTM, está tirando la toalla y empieza a ver la temporada, que acaba de comenzar, totalmente perdida. El Tiburón quedó séptimo, pero es un
resulado engañoso. No pudo pelear en ningún momento con la cabeza de la clasificación, quedó por detrás de su compañero de equipo, Brad Binder (sexto) y lejos también de otra KTM como la de
Viñales, que terminó cuarto. La decepción crece cada semana. La frustración devora al piloto conforme se suceden los grandes premios, pero lo ocurrido en tierras gaditanas le añade un punto
más de tensión a la tensa situación que vive Acosta en KTM. El de Puerto de Mazarrón tenía todos los sentidos puestos en esta última cita. La carrera en Jerez y los test posteriores en el
circuito Ángel Nieto estaban marcados en rojo en el calendario. Si había avances y el equipo austríaco traía nuevas piezas y mejoras a una moto que está a años de luz de los favoritos, la
confianza era recuperable. Pero ni lo uno ni lo otro. Y los días que se avecinan no tranquilizan al 'Tiburón'. «Hay piezas nuevas, pero no creo que sean algo que me vayan a
solucionar la vida de la noche a la mañana», dijo el piloto. LA ÚLTIMA BALA Estos test fueron calificados por Acosta y su manager, Albert Valera, como «el día más importante del año». Una
cita que podría marcar el futuro del campeón de Moto2 y Moto3 en la escudería naranja, pero la esperanza del joven prodigio de la velocidad parece estar hecha añicos. «No estamos viviendo
nuestro mejor momento ni de resultados ni en cuanto a problemas», añadió el mazarronero. Aún así, los resultados de Viñales en Jerez, sus últimas vueltas en la carrera y los mensajes que le
llegan desde Austria empujan para que el hartazgo de Acosta no tenga retorno, si es que aún es posible. Comenta Reporta un error