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La Audiencia Nacional ha condenado a seis años y cuatro meses de cárcel a seis de los hijos del empresario José María Ruiz-Mateos por ... delitos de estafa, blanqueo de capitales y
alzamiento de bienes por la operativa, que el tribunal considera delictiva, puesta en marcha para captar fondos para el Grupo Nueva Rumasa entre los años 2009 y 2011. Los condenados son
Álvaro, Zoilo, José María, Pablo, Francisco Javier y Alfonso Ruiz-Mateo Rivero. En una sentencia, de 672 páginas, la Sección Segunda de la Sala Penal condena también a seis años y tres meses
de prisión a José Ramón Romero, director de la oficina del Grupo Rumasa en la localidad gaditana de Jerez de La Frontera, conocida como «banquito de Jerez». La sala también impone la pena
de seis años y cinco meses de cárcel a un sobrino de Ruiz Mateos, Zoilo Pazos, quien figuraba como partícipe y administrador de numerosas sociedades del Grupo. Igualmente condena a Ángel de
Cabo, Fernando Juan Lavernia e Iván Losada a penas de entre 3 y 5 meses de prisión por delito de alzamiento de bienes. Otras cuatro personas que se sentaron en el banquillo de la Audiencia
Nacional han resultado absueltas. La sentencia, ponencia de la magistrada Teresa García Quesada, condena a los hermanos Ruiz-Mateos, junto con Zoilo Pazos y con José Ramón Romero, a
indemnizar de forma conjunta y solidaria a los perjudicados en la presente causa. Asimismo, impone a los condenados el pago de las costas causadas, incluidas las de las acusaciones
particulares. GRUPO OPACO La sentencia explica que el «Grupo Nueva Rumasa» estaba constituido por un complejo conglomerado de sociedades que, si bien participaban de una gestión común
dirigida a un mismo fin, no conformaban un grupo consolidado en el sentido definido en la legislación mercantil y fiscal, a pesar de hacerlo constar así en su publicidad, pues esas
sociedades carecían de una matriz común. Sin embargo, el patrimonio y la tesorería de esas sociedades se venían poniendo durante años indistintamente al servicio de todo el grupo, que
funcionaba de hecho como una sola empresa tanto a efectos financieros como de responsabilidad patrimonial. Aunque el grupo pertenecía en última instancia a la familia Ruiz-Mateos, indica, la
mayoría de esas sociedades pertenecían formalmente a otras sociedades extranjeras, generalmente radicadas en paraísos fiscales y en jurisdicciones no cooperantes o de baja tributación ‒
principalmente Belice, Panamá y Holanda‒, lo que unido al empleo de testaferros y de despachos fiduciarios «permitió durante años dotar a todo el entramado de un considerable grado de
opacidad» Este grupo societario estaba dirigido y gestionado por los acusados Álvaro, Zoilo, José María, Pablo, Francisco Javier y Alfonso Ruiz-Mateos Rivero, junto con su padre, quienes
asimismo contaban con un pequeño grupo de fieles colaboradores. Según la sentencia, a principios del año 2009 la situación económica y financiera del «Grupo Nueva Rumasa» era de una gravedad
considerable, pues tenía deudas acumuladas por importación de millones de euros y carecía de liquidez para hacer frente a sus compromisos económicos y para sostener la actividad regular de
las empresas, que necesitaban 52 millones de euros para atender sus pagos más inmediatos. entre tales compromisos se encontraron deudas por 197,5 millones de euros que vencían ese año y por
otros 194,6 millones de euros que vencían en el año 2010.