La cañada iii, de momento | ideal

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Pepe 'El Tomillero' se dispone a culminar, de momento, la trilogía cañaera aprovechando que las fiestas de San Urbano ha sido todo un éxito de ... participación, un maratón de


cuatro días con sus cuatro noches con los que quienes no han acabado contentos han perdido una gran oportunidad de estarlo, de recargarse las pilas y de empezar a entender que cuando hay


vecinos que se preocupan por alegrar a sus vecinos, se aprende de los errores y sube la nota final. Y con esa resaca y ese regusto alegre, simpático, optimista y demás, también es momento de


criticar, de seguir haciéndolo, el abandono en el que se encuentra este barrio -lo mismo que muchos otros de la capital- en el que o no se actúa o se hace con no demasiada cabeza,


escuchando quizá a una parte de la ciudadanía y sin escarbar en eso que se llama realidad y que nos acompaña día tras día. Si quienes cada cuatro años se acercan a pedirnos el voto, vivieran


más a menudo, a ser posible de incógnito y, sobre todo, con la intención de poner remedio a las necesidades, quizá se habría avanzado desde la última vez. Les digo que hay mucha tela que


cortar y muchas cosas que atender porque los vecinos de este barrio que, en sus propias fiestas, han tenido incluso que acudir a ayuntamientos vecinos para pedirles una simple tarima ya que


el EXCMO de la capital no podía poner a disposición de La Cañada ninguna más de las se supone que muchas que han ido apilando en sus almacenes. Total, que las fiestas de este barrio de la


capital se han tenido que abastecer de infraestructuras ajenas, en un ejercicio intermunicipal promovido por los vecinos. No sé si esta iniciativa podrá valer en el futuro para acercarse a


los municipios de al lado y romper fronteras en otras cuestiones de interés, incluidos servicios públicos que en otros sitios están incluso mejor de precio. Luego hablan de los catalanes y


los vascos, tan suyos, cuando aquí, de un barrio a otro hay diferencias abismales que marcan el pedigrí, la desigualdad y lo que quieran agregar. A ver si alguien lo lee y al menos echa una


mano al embellecimiento del barrio ordenando a la empresa que está para cuidar los jardines que los recipientes jardineros, colocados a ambos lados en algunos de los pasos de peatones


existentes en el bulevar, dispongan de elementos vegetales dignos de una ciudad, capital de provincia, mediterránea, acogedora, digna de algo mejor que un matojo verde descolorido con menos


gracia que un político estreñido. Ya de paso que el parterre del mismo bulevar desde la entrada al barrio en dirección este hasta la carretera de Sacramento no solo sirva para acumular


papeles, bolsas de plástico y porquería, se saneen las palmeras. No es pedir demasiado, seguro que hay concejales y concejalas que van a la peluquería más a menudo que veces en un año se


podan. Ya de paso, que alguien le diga a la Universidad que hay más accesos a la misma que el que mira para la desaparecida playa cañaera y que, por cierto, la corrosión marina tiene también


hecho unos zorros. Una mano de pintura a la valla no vendría mal y no hay que llamar a ningún Picasso, con llamar a Manolo, a Pepe o a Indalecia, va que chuta.