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La proclamación del Papa León XIV en la persona del cardenal Robert Prevost ha sido acogida por el universo católico como una señal de la ... presencia del Espíritu en el seno de la Iglesia,
marcando con ello un futuro de esperanza renovada en la unidad, catolicidad y apostolicidad que caracteriza el devenir del peregrinar de los fieles cristianos por el mundo en su camino de
salvación. El nuevo Papa hace realidad en su persona aquellos hábitos que Dios infunde para hacer posible la relación con El, de ahí que se conozcan a la fe, la esperanza y la caridad, como
virtudes teologales, pues el testimonio de su vida y la proclamación pública de las mismas, son una clara manifestación de su identificación y compromiso. De otra parte, las virtudes
cardinales, que son las básicas para definir el orden moral de las personas, como es el caso de la prudencia, justicia, fortaleza y templanza posibilitan la relación eficaz y sincera con las
personas, como ha demostrado este misionero agustino a lo largo de su vida. Estamos ante el mejor pastor posible para dirigir a la Iglesia en estos tiempos complejos, sin miedo, pero con la
fe y caridad necesaria para dar a conocer a Cristo y que el mal no pueda prevalecer en el mundo. Las otras circunstancias por las que han trascurrido la realidad vital del padre Prevost,
son accesorias, pero explican los fundamentos de su fe y de la voluntad para el compromiso. Personalmente creo que estamos ante un Papa diferente y que, pese a que queramos identificarlo con
sus antecesores, su personalidad es la de un pastor, bien formado, con juicio propio como corresponde a una persona intelectualmente sólida, con experiencia pastoral directa y probado en la
gestión del gobierno de la Iglesia. Es por ello que confío en León XIV en la trasmisión de la fe cristiana, en su capacidad de gobernar desde la unidad la Iglesia y ofrecer una referencia
sólida de compromiso con la sociedad actual y su potencial para intervenir positivamente en la trasformación que se está operando en el mundo. Sobre la realidad española resulta muy
preocupante la manipulación de conceptos como el de plebiscito, por parte del presidente Sánchez, para dirimir una cuestión de carácter privado y de naturaleza económica basada en el
principio de propiedad del capital entre un determinado grupo de particulares. Pero también preocupa la deriva, incluso, del propio concepto de democracia como la pensara Rousseau en el
Contrato Social al identificarla con la democracia de mayorías que corresponde con «la voluntad general». En esta línea la Dra. Herrero, autora de una excelente obra 'Filosofía
Política', comienza a cuestionar esta pérdida significando pues «hoy tenemos una democracia de minorías que en el fondo son sistemas de privilegios…ya que incluye al diferente con unos
derechos superiores al común de los ciudadanos». Es por ello que, «reconociendo que la inclusión es un valor positivo, ha derivado en privilegios políticos para algunos grupos», lo que
evidencia una ruptura del contrato social y una vuelta a la sociedad estamental. Pero es que, además, no terminamos de aceptar que construir un gobierno a partir de privilegiar a otro grupo
de minorías, que incluso van contra la «voluntad general» del pueblo español y tampoco lo representan, sea un ejemplo de democracia por mucho que sea legal, a la vez que esa legalidad de la
que se deriva la potestad de gobernar sea empleada para un ejercicio del poder, irresponsable, corrupto y arbitrario. No quisiera olvidar una referencia importante en esta semana pues el día
9 de mayo de 1950, se produjo la declaración de Robert Schuman y con ella en nacimiento de la Unión Europea. Una Unión diversa pero fuerte en unidad, gracias a la voluntad política de unos
personajes visionarios enraizados en una profunda fe cristiana y en el conocimiento de una sociedad nueva, superadora de odios y enfrentamientos, que pusieron esta nueva realidad política en
las manos de la Virgen María, dejando su recuerdo en las 12 estrellas de su corona que forman la bandera de Europa.