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Eli Cohen fue el mayor espía de Israel y, entre otras hazañas, se le atribuye haber proporcionado la información para conquistar los Altos del Golán ... y vencer a siete países árabes en la
Guerra de los Seis Días, en 1967. Pagó su victoria con la vida. Descubierto por las fuerzas de seguridad sirias, fue ahorcado en la plaza principal de Damasco. La dictadura siria hizo
desaparecer su cuerpo y jamás ha sido localizado. Pero el Mossad, los servicios secretos israelíes, le han rendido un homenaje muy especial. En una operación encubierta de la que se ignoran
la mayoría de los datos, los espías de Tel Aviv han conseguido recuperar sus objetos personales además de 2.500 documentos vinculados con su caso. Este tesoro de Eli Cohen fue presentado el
domingo. En las imágenes que el Gobierno de Netanyahu ha difundido se puede ver la apertura de dos maletas en las que están guardadas desde las llaves del apartamento de lujo que utilizaba
Cohen en Damasco a sus agendas o las notas personales que el agente secreto tomó durante su trabajo. El día de su presentación no fue casual. Cohen fue asesinado el 18 de mayo de 1965 y sus
documentos se entregaron el mismo día pero 58 años después. SECRETO ABSOLUTO Aunque el secreto sobre la misión de rescate de este material es absoluto, se puede deducir que el Mossad ha
utilizado el caos que existe actualmente en Siria para proceder a recuperar los objetos personales. Al parecer, los espías judíos conocían el lugar en el que el Gobierno sirio mantenía
escondido el legado de Eli Cohen. Solo tuvieron que aprovechar el desgobierno creado tras la huida del dictador Bashar Háfez al-Ásad a Rusia, en diciembre del año pasado, después de que los
rebeldes sirios tomaran el poder en el país. Quien ha aprovechado esta operación para reivindicarse es el primer ministro Benjamín Netanyahu. El domingo pasado compareció junto con la viuda
de Eli Cohen para presentarle el rescate de material, un intento del mandatario de ligar su imagen a un personaje considerado un héroe en un momento en el que la ofensiva de Gaza está
cuestionada de forma global e incluso hay voces dentro de Isarel que están mostrando su rechazo a la forma en la que se está llevando la guerra en la franja. La figura de Eli Cohen en Israel
es la de un héroe clave en la propia existencia de la nación. En casi todos los pueblos del país hay una calle dedicada al espía, que cuenta con un museo propio. Hace tres años, por
ejemplo, el propio director del Mossad, David Barnea, acudió a este edificio para hacer entrega de manera solemne del último mensaje que el agente secreto envió desde Damasco antes de ser
detenido. Eli Cohen era un judío de Egipto que había nacido en Alejandría en 1924. En los años 60 se incorporó al servicio militar israelí y protagonizó una compleja operación de
infiltración en el régimen sirio. Era capaz de hablar seis idiomas, entre ellos el español, lo que le permitió viajar a Argentina y allí acercarse a la embajada siria en Buenos Aires. Ese
fue su punto de entrada a las altas esferas de Damasco, a donde se trasladó tras convencer a los militares de que era el hijo de emigrantes sirios en Latinoamérica y que su sueño era volver
a la tierra de su familia. «ES UN PASO PARA LOCALIZAR DÓNDE ESTÁ ENTERRADO NUESTRO HOMBRE EN DAMASCO» David Barnea Director del Mossad Una vez en Damasco se hizo pasar por empresario y
amplió las relaciones con las elites. En el momento álgido de su carrera llegó a ser uno de los candidatos al puesto de viceministro de Defensa. Según una historia apócrifa, Cohen convenció
al Estado Mayor sirio de que camuflase los búnkeres de los Altos del Golán con eucaliptos. Los militares siguieron su consejo y de esa forma, cuando comenzó la Guerra de los Seis Días, los
israelíes solo tuvieron que bombardear los bosques con esos árboles para aplastar las defensas del enemigo. Independientemente de la leyenda, lo cierto es que Cohen hizo llegar miles de
documentos a Tel Aviv con todo el sistema defensivo sirio, en especial, su fuerza aérea. La venganza siria consistió en ahorcarle en público y televisar la ejecución. Luego hicieron
desaparecer el cuerpo. Figuras como el Papa Pablo VI llegaron a pedir a la dictadura siria que conmutase la pena de muerte, pero no sirvió para nada. Otros líderes intercedieron para que se
devolviese su cadáver a la familia, pero también fue en vano. El Gobierno sirio enterró el cuerpo y cambió en varias ocasiones su ubicación. Una versión sostiene que acabaron enterrando los
restos bajo una carretera en construcción. El director del Mossad aseguró ayer que el rescate de los objetos de Eli Cohen «es un paso para localizar dónde está enterrado nuestro hombre en
Damasco».