Afición, último esfuerzo | ideal

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La derrota del Granada en Málaga cortó una dinámica positiva de resultados. Más que el marcador final, el cómo se produjo fue lo que supuso ... un auténtico jarro de agua fría para el


aficionado. La actitud del equipo, sobre todo en el primer tiempo, escoció y mucho en lo más profundo del indestructible seguidor de la escuadra nazarí. Más de veinte jornadas costó volver a


la zona noble de la clasificación, aquella que da acceso a la liguilla de ascenso, aquella que tan lejos quedaba hace un par de meses, pero que, a la vez, tan cerca estaba en esta recta


final. Por demérito propio, el Granada vuelve a perder la siempre decisiva posibilidad de depender de sí mismo de cara a la consecución del objetivo. De ahí que sea aun más inexplicable el


comportamiento durante gran parte del partido en La Rosaleda. Una vez que, tras un meritorio esfuerzo colectivo, el conjunto rojiblanco horizontal había conseguido revertir la preocupante


situación generada durante el primer trimestre de 2025, es inentendible la forma en la que todo fue arrojado por la borda. Primer tiempo para el olvido, con una de las peores imágenes


mostradas, como reconoció el propio técnico. El ejercicio de responsabilidad que debían hacer los encargados de representar al club sobre el verde brilló por su ausencia. Por unas causas u


otras, este deporte genera situaciones tan inexplicables como injustificadas, fruto del propio devenir de los acontecimientos. No obstante, no hubo ningún evento, ni accidente, fruto de


lesión, error individual puntual o expulsión que pudiera generar tal esperpento. No hay justificación. El equipo no estuvo a la altura de la importancia de lo que había en juego. A pesar de


todo, el equipo encara el ultimo mes de competición con opciones, no intactas, pero sí reales. De hecho, llegar a ultima hora a esa fase de ascenso puede suponer esa necesaria dosis de


energía que siempre hace falta para conseguirlo. Afición, último esfuerzo.