El pulso con el líder acaba en tablas | ideal

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El pulso del Granada con el líder acabó con las manos estrechadas al firmar unas tablas que solo dejan plenamente satisfecho al Elche en su ... ruta por el ascenso directo. Los rojiblancos


tendrán que seguir penando para consolidar su posición en la promoción, que pueden perder este domingo si el Huesca gana en Zaragoza. Fue un partido de evidente choque de estilos con un


punto para cada uno. El Granada, a verlas venir y a contraatacar en el primer tiempo, más decidido después. El Elche, con la suficiencia del que se sabía con colchón, amparado en un fútbol


de asociación que le da autoestima al conjunto. Se jugó más tiempo a lo que quiso Eder Sarabia que a lo que habría gustado a Fran Escribá, aunque no hubiera más deslices en su defensa que el


que supuso el 1-1 justo después de adelantarse. El borrón estuvo arriba, en el penalti marrado por Lucas Boyé. Con Gonzalo Villar de inicio, Fran Escribá reclutó a todos los ex del Elche en


la plantilla, él incluido. Llegó Boyé con su hombro maltrecho y el guion del primer tiempo coincidió con las previsiones. Un Elche que engatusa el balón con sus pases disuasorios para que


el Granada picara en alguna presión desordenada o se adormeciera atrás. Granada Diego Mariño; Rubén Sánchez, Miguel Rubio, Loïc Williams, Carlos Neva (Miguel Ángel Brau, m. 46); Sergio Ruiz


(Stoichkov, m. 79), Martin Hongla, Gonzalo Villar; Tsitaishvili (Ricard Sánchez, m. 79), Rebbach (Rodelas, m. 72) y Lucas Boyé (Borja Bastón, m. 87). 1 - 1 Elche Dituro; Álvaro Núñez (Mario


Gaspar, m. 79), Affengruber, Álex Martín, Salinas; Nico Castro (Marc Aguado, m. 67), Álex Febas, Germán Valera (Rashani, m. 67), Josan (Pejiño, m. 84); Nico Fernández y Óscar Plano (Mourad,


m. 67). * GOLES: 1-0, m. 13: Tsitaishvili; 1-1, m. 16: Óscar Plano. * ÁRBITRO: Mallo Fernández (comité castellanoleonés). Amonestó a los locales Gonzalo Villar (m. 69) y Loïc Williams (m.


78); y a los visitantes Germán Valera (m. 20), Nico Castro (m. 55), Álex Martín (m. 59) y Rashani (m. 71). * INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 37 de LaLiga Hypermotion,


disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 17.535 espectadores. Entrega a Lucas Boyé de su trofeo como MVP del campeonato en abril y de un recuerdo por el partido oficial 100 de Ricard


Sánchez. Minuto de silencio por el Papa Francisco. Lo cierto es que los rojiblancos no mordieron el anzuelo y mantuvieron su ortodoxo bloque medio, con Villar casi en paralelo de Boyé para


impedir que los centrales se arrancaran por el campo contrario. El problema era incurrir en una pasividad por no apretar que al final toleraba la llegada de la pelota a una zona de


entreguerras en las que se movían como renacuajos en el agua algunos de los futbolistas ilicitanos, como Nico Fernández, uno de esos argentinos que lucen el 10 e hipnotizan el esférico. El


choque de estilos anestesiaba el encuentro hasta que Álvaro Núñez cometió un error no forzado en un pase al centro. Se pasó de fuerza, Febas tampoco dominó la bola y Tsitaishvili, justo


detrás, la interceptó y corrió como si escapara de un penal. Boyé le acompañó en la fuga, estirando un desmarque, pero el georgiano aprovechó que los centrales le cedieron espacio para


penetrar en el área y concluir con un tiro de derecha, que desmintió que solo la tenga para subirse al autobús. La ventaja podía inducir otra tendencia en el encuentro, obligando a exponerse


más al Elche, contragolpeando los rojiblancos, pero los ilicitanos tuvieron la astucia de recortar la diferencia en tres minutos, en una jugada bastante ingenua de los locales. Dejaron que


los visitantes medraran por el área sin interrumpir el circuito ajeno hasta que Nico Castro vio romper a Álvaro Núñez, con ganas de resarcirse de su fallo previo. Le ganó la espalda a


Rebbach y cabeceó el centro de su compañero hacia la zona en la que Óscar Plano se encontró sin ataduras para disparar a meta. El Granada pagó cierta blandura en la protección del tesoro y


de nuevo la cita se condujo a los términos iniciales, con un Elche sin prisa, triangulando entre los zagueros y su portero Dituro, tratando de agotar la paciencia de los rojiblancos y su


respetable, poco habituado a que el rival acapare la posesión de balón. El Elche traducía ese dominio en alguna llegada aislada, aunque Mariño no tuvo que emplearse a fondo. El Granada no


encontraba en las zonas determinantes a Villar y Hongla, más dados a retrasar la acción que a acelerarla, cuando no se complicaban una vez más, sobre todo el africano. Tras Rebbach siempre


hay huecos y lo sufría Neva, ahogado ante la frecuencia de apariciones del contrario. Algún problema físico experimentó, porque fue relevado al descanso. Pese a la inercia, un nuevo error de


Álvaro Núñez en un corte en banda, antes del entreacto, casi libera al argelino para encontrar el gol, pero se cruzó Affengruber ante su diagonal. Requería más el Granada que aguardar a


pifias severas del adversario para inclinar el pulso, pero lo cierto es que lo provocó Gonzalo Villar con un zigzagueo inspirado ante el que le trabó Affengruber cuando entró en el


rectángulo grande. Se aposentó Boyé para el tiro y sobrevoló la duda de si lo celebraría o no ante su antiguo equipo, pero el debate no se zanjó porque lo mandó lejísimos del arco ante su


compatriota Dituro. Parece tradición fallar desde los once metros con el Elche. Se quedó con el resquemor el punta, que gozó de otro lanzamiento poco después, tras una buena secuencia de los


nazaríes, con Villar desencadenado. Más clara fue la de Rebbach, también intrépido en su eslalon, pero le bloqueó el cancerbero. Definitivamente, era otro Granada, más protagonista y


ofensivo, aunque esto abría la contienda a posibles contestaciones de los ilicitanos, que dieron varios pasos atrás. Villar quería reclamar los focos, aunque Sergio Ruiz era el que asumía


toda la intendencia. Reclamó Tsitaishvili en un par de caídas, pero Mallo Fernández quería algo más para pitar. Estuvo a punto Germán Valera de comprometer el marcador, pero Mariño le


sostuvo la mirada y blocó su intento. Le sacó Eder Sarabia del tapete junto a otros dos compañeros para darle otra marcha al encuentro en su tercio final. Tiró Escribá de Sergio Rodelas para


juntar una banda izquierda 'recreativesca' junto a Brau. La óptica del Elche reparaba en que el empate no era malo. La grada local pedía algo más a los suyos que unas tablas,


desesperada por no hostigar algo más en campo contrario. Sarabia se relamía porque era el plan, que el Granada se precipitara ante la ansiedad ambiental. Escribá templó y compuso el 4-4-2


con Stoichkov en punta y extremos naturales con Ricard en la derecha, aunque sin Sergio Ruiz para dejar a los pivotes con más gol, supuestamente. No llegó ningún aluvión, pero sí alguna


intentona frustrada, como en una falta del atacante gaditano, que dio tres veces seguidas en la barrera. Nada se movió en ese segundo acto y ahora queda por comprobar si la jornada desaloja


al Granada del cuarto secundario del ático o si le dejan dormir unas noches más, esperando que sea hasta junio.