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Hombre de club y cantera, y granadinista por cada poro de su piel, David Tenorio (Granada, 1977) cuida ahora del talento nacional como seleccionador sub ... 18 y segundo de la sub 19 y la
sub 20. Destituido como entrenador del Recreativo en 2021, y reclutado para un breve paso luego por el Badajoz en 2ª RFEF, el técnico ingresó hace un año y medio en la Real Federación
Española de Fútbol como técnico de área de selecciones inferiores y fue ascendiendo tras granjearse un hueco en el cuerpo técnico de Santi Denia en el combinado que ganó la medalla de oro en
los Juegos Olímpicos. Ahora, sencillamente, disfruta de las vueltas que da la vida. –¿CÓMO ESTÁ, ANTE TODO? –Muy feliz. La Federación era uno de esos lugares de referencia a los que veía
complicado acceder, y disfrutarlo ahora es una gozada y un privilegio. Ni tan siquiera era una aspiración que entrase en mis metas. No es lo normal. Me levanto todas las mañanas pensando
dónde trabajo, y ya soy feliz todo el día. –¿QUÉ ESTÁ SIENDO LO MÁS BONITO DE SU TRABAJO? –Todo, del Europeo sub 17 a los Juegos Olímpicos y hasta el día de hoy. Estamos logrando éxitos que
son una pasada y anticipamos muchos más, con la perspectiva del Mundial sub 20. –ENTIENDO QUE LA CONFIANZA DE FRANCIS HERNÁNDEZ FUE FUNDAMENTAL. –Le tengo que estar muy agradecido porque fue
una pieza clave y a partir de ahí, con la coordinación de Manu Fernández y Jesús Rosado con la nueva directiva, mantengo su confianza y estoy ilusionado. También tengo una relación
magnífica con Luis de la Fuente. –¿EN QUÉ CONSISTIÓ EL ROL QUE ASUMIÓ EN ENERO DE 2024? –En la Federación hay seleccionadores y técnicos complementarios, y yo entré inicialmente con los
segundos. Desde el principio se me encargaron los análisis propios y de rivales, pero también una tarea de metodología para evolucionar nuestro modelo de juego, hasta entrar en el cuerpo
técnico de Santi Denia para los Juegos con funciones individualizadas de nuestros propios futbolistas y de los jugadores de las otras selecciones. Al volver de las vacaciones, se me
encomienda la selección sub 18. –LOS JUEGOS DEBIERON SER INOLVIDABLES. –Vivimos tantas cosas, desde la preparación... pero sí, me quedaría con ganar la final del máximo evento internacional
del deporte a los anfitriones. Teníamos un grupo bueno, ilusionados con el logro pese a ser ya de élite. De todos aprendí mucho. Fue increíble. –¿QUÉ DESTACARÍA DE LOS JUGADORES QUE VIENE
TENIENDO? –La mayoría son ya profesionales de primer nivel, y no podemos perder el vínculo en todo el año para poder mantenerles luego en la sub 19 y la sub 20. Por el formato UEFA, empiezan
a competir por sus clasificaciones sub 19 aún como sub 18. La responsabilidad es infinita, con el reto de los Juegos del Mediterráneo en Italia de agosto de 2026. Ya tenemos dos sub 18 en
la absoluta como Lamine Yamal y Pau Cubarsí, pero aparte llevan toda la temporada lesionados Marc Bernal y Joan Martínez, del Barcelona y del Real Madrid. Hay millones de jugadores de
muchísimo nivel sub 18 en España, y esa es la gran dificultad. –QUÉ GOZADA FORMAR ESE TALENTO PURO. –Es una pasada, aunque somos conscientes de que la labor principal pasa por los clubes
porque las concentraciones son muy cortas. Nuestra dificultad es encajarlos dentro del modelo de juego tan definido que tenemos aquí, con los perfiles tan específicos que buscamos. –ENTRE
ELLOS ESTÁ EL GRANADINO PACO CORTÉS, DEL LEVANTE... –Ya le he llamado dos veces, y es un extremo muy talentoso. Es diestro y suele jugar a perfil cambiado, por la izquierda, y ya debutó con
el Levante en Segunda, aunque ahora se quede en el filial. Tiene mucho descaro, con los regates más inverosímiles posibles, pero también gol. Además, venimos contando con los hermanos Sergio
y Paco Esteban, del Atlético y del Betis, e hijos del exfutbolista Paco Esteban. –Y AL GRANADA, ¿CÓMO LO VE? –Siempre le desearé lo mejor, porque es mi club y por los años que pasé allí,
más allá de cuestiones futbolísticas. Ojalá ascienda, también por la ciudad. Veo que tiene muchas opciones, aunque de forma directa parezca muy difícil, pero espero que en 'play
off' pueda sacarlo adelante. Creo que tiene un equipazo. –¿LO SIGUE SUFRIENDO? –Ahora tengo muchas tareas profesionales y no lo vivo con tanta intensidad como cuando estaba allí, cuando
estaba en el club sobre todo, pero al corazón no se le puede engañar. –ESTE SÁBADO VUELVE A MÁLAGA, DONDE EN 2018 SE PRODUJO SU CÉLEBRE ARENGA DEL 'REBAÑO UNIDO QUE DEJÓ AL LEÓN SIN
CENA'. –Siempre lo recordaré como la temporada del punto de inflexión en la historia del Granada, y así sigo creyendo que fue, porque precedió la clasificación para la Europa League. Y
lo fue en todos los sentidos además, por el maravilloso grupo que se formó en el primer equipo cuando menos expectativas había y la permanencia del filial, además en una situación
delicadísima. Son los mejores recuerdos de mi carrera. Y aquel día en Málaga fue muy especial. Me dedicaba a esa parte motivacional, y lo tenía diseñado porque solía hacer un vídeo que les
llegaba en el trayecto del autobús al estadio a través de Manolo Lucena. En esa ocasión hice un cuento, pero al saltar al campo y ver tantos granadinos en la grada decidí improvisar ciertos
detalles. Aquel partido también cambió la temporada cuando el Málaga venía siendo la referencia. –¿QUÉ CAMBIÓ AQUELLO EN SU VIDA? –Nada. Absolutamente nada, porque seguí haciendo lo mismo.
Tuvo una repercusión mediática superior y me conoció mucha más gente fuera, pero ya era entrenador y sigo sin ser psicólogo aunque tenga un máster y le dé mucha importancia como componente
básico en el deporte. –¿SIGUE CREYENDO EN ESE TIPO DE ESTÍMULOS? –Sin duda. Aquello de Málaga tuvo mucha prensa, pero la parte emocional de los entrenadores con sus futbolistas se hace en
cada detalle del día a día y en eso creo a pies juntillas. El fútbol está en la cabeza, pero el jugador dará todo lo que tenga cuando le conquistes emocionalmente, y es ahí a donde hay que
llegar para crear ese vínculo. –¿QUÉ INTENTA APLICAR DE AQUELLA ETAPA? –Fue una etapa de mucho crecimiento, aunque luego tuviera bien el club que pasara al filial como primer entrenador, que
es lo que yo me sentí siempre. Fue un pasito más para todo lo que hice después, y sin duda me ayudó a estar a día de hoy donde estoy, aunque ahora tenga más experiencia. De Santi Denia
aprendo mucho que aquí soy seleccionador, y no entrenador, que no es lo mismo; porque el entrenador solamente piensa en entrenar, y nosotros tenemos pocos días y el contacto es menor aunque
más intenso cuando lo hay en torneos que juegas después de que suene el himno. –¿MANTIENE VÍNCULO CON DIEGO MARTÍNEZ? –Sí, sí, con él y con todo su cuerpo técnico. Éramos una familia, y
todos remábamos en la misma dirección; algo nada fácil de conseguir, porque en todos lados hay egos, aunque yo allí me sintiera de la casa como granadinista. Diego es un entrenador de máximo
nivel, pero gana y pierde, como todos, aunque aplique los mismos métodos. El fútbol es así, y se mueve por resultados. –SEGURO QUE LE APENARON ESTOS DOS DESCENSOS CONSECUTIVOS DEL
RECREATIVO. –Me dolieron mucho, desde la distancia, sobre todo por los profesionales tan buenas personas con los que coincidí y que siguen allí. No sé qué se viene haciendo mal, y sería muy
atrevido ahora que no estoy dentro a diferencia de cuando estaba, porque seguro que hay cosas que se están haciendo bien sin premio. –AHORA TIENE MÁS CERCA A SAMU Y A BRYAN... –Estuve con
Samu en los Juegos, y ya se le veían sus condiciones en el Recreativo de Milla, pero a Bryan sí le llegué a tener en el filial y su crecimiento era impensable porque de hecho nunca había
sido internacional en categorías inferiores. Sus salidas fueron un tema más de política de empresa, y yo ahí ya no entro, más allá de lo que pudiera prever que fuera Samu. No es fácil. Como
granadinista, claro que me hubiera gustado que jugaran más en mi equipo.