- Select a language for the TTS:
- Spanish Female
- Spanish Male
- Spanish Latin American Female
- Spanish Latin American Male
- Language selected: (auto detect) - ES
Play all audios:
Antonio mira el patio de su casa, donde juega con sus nietos, y se le congela el rostro. Una gran montaña de tierra agrietada por ... distintas zonas se expande por encima de su domicilio y
los llena de temor. Los desprendimientos que tuvieron lugar ayer en Beas de Guadix, procedentes del cerro del Castillejo, se aprecian a apenas unos metros de esta vivienda. Una valla
metálica y una cinta de bomberos impide el paso en el terreno y advierte el peligro. MÁS INFORMACIÓN «No sabemos a qué esperan para actuar. Ya solo me queda encadenarme ahí arriba para que
nos hagan caso», dice su alcalde, Juan Jesús Porcel. Su rostro expresa preocupación y nerviosismo. Él mismo vive un poco más arriba y pasa a diario por el lugar para saber si hay nuevos
derrumbes. Los últimos ocurrieron hace apenas unas horas en el barranco de las Heras, junto a las casas de la calle Rambla. También una semana atrás, durante las fuertes precipitaciones que
registró el municipio. «El problema no se da solo con las lluvias, también en verano con las altas temperaturas. La arcilla se seca y caen las partes sueltas», señala el regidor. En total,
son 33 las casas en peligro, situadas en la calle Perchel y la calle Rambla. Abelino, otro de los vecinos, cuenta cómo una gran roca le destrozó el cristal de coche el pasado jueves, cuando
el barro y los montones de ladera cayeron a sus patios durante la tormenta. «El día menos pensado cae el cerro y nos entierra a todos los vecinos», dice Águeda, que vive justo debajo del
cerro del Castillejo. Su hija de apenas un año no puede salir tampoco al patio a jugar. «Nadie en su sano juicio se atrevería a vivir aquí, pero no tenemos a dónde ir», añade. Las grietas y
los huecos en la ladera se aprecian a distancia. El entorno huele a tierra reseca y sus ciudadanos saben que eso es sinónimo de más derrumbes. El primer edil, Juan Jesús Porcel, reclama una
solución inmediata a las administraciones «antes de lamentar víctimas». Los desprendimientos en la ladera se repiten desde hace más de 15 años. Como consecuencia, el centro de interpretación
del pueblo -único ingreso turístico de la localidad- está cerrado desde 2021. El alcalde asegura que el cerro es «tierra muerta» llena de fisuras y que la ladera tiene huecos internos que
debilitan aún más su consistencia. «El cerro no avisa y no sabemos cuándo va a caer entero», añade Juan Jesús Porcel.