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Jueves, 22 de mayo 2025, 09:57 Comenta Compartir Uno de los bares más populares de la Caleta dice adiós después de servir a los vecinos de la zona, a las personas que acuden a los Juzgados y
a las que visitan el hospital Virgen de las Nieves durante más de 30 años. Se trata de La Oficina, ubicada en el número 50 de la Avenida de la Constitución, un negocio que abrió en 1994 y
que ahora, 31 años después, cuelga el cartel de 'se traspasa'. «Abrimos en el año 94 y siempre hemos sido un negocio familiar con comida casera y muy cercano», cuenta a IDEAL
Cinthya Rojas Jiménez, encargada del establecimiento e hija de Julio y Dolores, sus propietarios. Ella entró al negocio más tarde, en el 2011, y desde entonces siempre ha estado allí.
«Terminé mis estudios y como no encontraba trabajo entré para echarles una mano a ellos». El motivo por el que el negocio dice adiós tiene que ver con la jubilación de Julio y Dolores: «Mi
padre tiene ya la edad de jubilación y mi madre casi que también, así que ahora les toca descansar y disfrutar». Reconoce que en alguna ocasión le ha pasado por la cabeza quedarse ella con
el negocio, pero al ser la hostelería una profesión «muy dura» y que requiere de tanto esfuerzo, prefiere no hacerlo. «Desde que soy pequeña he visto a mis padres estar 24 horas al día aquí
y yo no quiero eso». «ABRIMOS EN EL AÑO 94 Y SIEMPRE HEMOS SIDO UN NEGOCIO FAMILIAR CON COMIDA CASERA Y MUY CERCANO» Cinthya Rojas Encargada de La Oficina Desde que han colgado el cartel
anunciando que traspasan el negocio, son muchos los clientes habituales que les preguntan si van a cerrar ya y les dicen que les da pena que se marchen. Sin embargo, todos se alegran por
Julio y Dolores. «La idea es permanecer abiertos un poco más hasta que cerremos todo. Es un buen negocio, está bien situado y lleva más de 30 años funcionando, así que tiene muchas novias»,
argumenta Cinthya. Sobre qué sienten con el cierre de La Oficina cada vez más cerca, la encargada reconoce que a sus padres les da más pena que a ella. «Ellos han levantado su vida alrededor
del negocio y piensan que qué van a hacer ahora… Les da mucha pena pero a la vez es una liberación, ya les toca disfrutar», asegura. Tras más de tres décadas de historia, tanto Cinthya como
sus padres se muestran «muy agradecidos» por como les han tratado sus clientes durante todo este tiempo. «Por aquí ha pasado muchísima gente después de tantos años. Desde clientes fijos,
hasta personas que han pasado malos momentos en el hospital o los Juzgados… Sin ellos no podríamos haber estado aquí tanto tiempo», finaliza Cinthya. Comenta Reporta un error