
- Select a language for the TTS:
- Spanish Female
- Spanish Male
- Spanish Latin American Female
- Spanish Latin American Male
- Language selected: (auto detect) - ES
Play all audios:
Martes, 29 de abril 2025, 18:22 Comenta Compartir El negocio funerario es uno de esos sectores que nunca descansa, como las maternidades. Todos los días hay movimientos demográficos. Y si en
unos casos hay que gestionar la alegría, en otros hay que gestionar la pena, con toda la delicadeza que ello supone, con todas las garantías para la conservación y traslado de cuerpos, y el
resto de los ritos que forman parte del trance de la muerte. Dos de las funerarias más importantes de la provincia son la municipal de Granada capital, Emucesa, y la Funeraria Fermín
Criado, que dispone de sedes y tanatorios en las poblaciones de Armilla, Ogíjares, Pulianas, Padul y Churriana de la Vega. El director gerente de la primera de ellas, José María Toledano,
detalla que, incluso desde el punto de vista interno, la jornada fue de total normalidad, salvo por la ausencia de comunicaciones telefónicas. «Hemos hecho una fuerte inversión en
tecnología, y nuestra gestión administrativa se realiza a través de un servidor externo protegido, por lo que no hubo pérdida de datos ni corte en la transmisión interna de estos. Por otro
lado, el grupo electrógeno que tenemos en el recinto comenzó a funcionar en el momento en que se produjo el corte», asegura. Ello significó que el suministro de climatización e iluminación
en las salas se mantuvo en todo momento, así como las correcta conservación de los cuerpos, e incluso los hornos crematorios funcionaron de modo absolutamente normal. «Hasta las cinco de la
madrugada, hora en que volvió el suministro, los familiares pudieron acompañar a sus seres queridos todo el tiempo preciso, con la máxima comodidad. Incluso la cafetería pudo prestar su
servicio con total normalidad, con una importante afluencia en el día de ayer, además», asegura. SIN FALLOS En cuanto al volumen de personas usuarias, Toledano afirma que las diez salas con
que cuenta el recinto de San José estuvieron ocupadas, pero ningún servicio falló, ni las flores, ni el religioso –se celebraron todos los funerales previstos– ni el de traslado del féretro
a su lugar de reposo definitivo. La única diferencia fue, pues, el hecho de que los familiares de los finados tuvieron que personarse en las instalaciones para notificar la defunción. Esta
misma circunstancia se dio en las funerarias de Fermín Criado. Un grupo especial de empleados se mantuvo toda la noche en la sede, recibiendo los distintos avisos y preocupándose de que el
servicio se prestara con total normalidad. Los encargados de los traslados conocen muy bien los pueblos en los que operan y tampoco hubo problemas de orientación. Incluso, en un bloque
vecino al tanatorio de Armilla, los empleados fueron requeridos para ayudar a evacuar un ascensor donde había personas atrapadas. Más allá de gestionar todo lo relativo a la muerte, al
equipo humano les tocó el día del apagón la tarea de preservar la vida. Comenta Reporta un error