El éxito del asadero de granada que cocina al carbón y a fuego lento | ideal

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Viernes, 11 de abril 2025, 10:34 | Actualizado 18:07h. Comenta Compartir En Granada hay muchos asaderos de pollos especializados en comida para llevar. Por eso Ángel Lozano tenía claro que


cuando abriera su propio asadero este sería diferente, más innovador e integrador. Bajo esa premisa nació hace un año Chicken Pepa, un negocio ubicado en el número 32 de la Avenida Don Bosco


en el que Ángel y su socio José García ofrecen su particular mezcla de «rock y música clásica» a través de la comida. Para empezar, no son un asador normal y corriente ya que cocinan al


carbón. Y, además, ofrecen una mezcla de los platos típicos de los asaderos granadinos con la comida latina y de otros rincones del mundo. «Estamos en el Zaidín, mi barrio de toda la vida, y


aquí hay mucha mezcla de culturas. Así que la idea es intentar unir todo para que cualquier cliente se sienta identificado con nuestra comida», explica a IDEAL Ángel. MÁS INFORMACIÓN De


este modo, más allá de pollos al carbón, se pueden encontrar desde yuca frita y picapollo, hasta migas de pan o chicharrones. «Queremos ser la casa de todo el mundo y que todos se sientan


cómodos aquí. Los asaderos de Granada no se han renovado en los últimos 60 años y nosotros queríamos cambiar eso y ofrecer un concepto diferente». «LOS ASADEROS DE GRANADA NO SE HAN RENOVADO


EN LOS ÚLTIMOS 60 AÑOS Y NOSOTROS QUERÍAMOS CAMBIAR ESO Y OFRECER UN CONCEPTO DIFERENTE» Ángel Lozano Propietario de Chicken Pepa Aunque cuentan con una amplia variedad de platos para


llevar, los que más se venden son los pollos al carbón y las costillas. «Nuestro horno no es tradicional, nos lo hicieron a nosotros específicamente y funciona al carbón». Y gracias a ello


todo queda «muchísimo más jugoso y con un toque ahumado». Pero la forma de cocinar no es lo único diferente, también cómo preparan el pollo en sí: «Le ponemos más de 12 especias y lo


maceramos durante 24 horas antes de asarlo, lo que le da más sabor. Además, lo cocinamos a fuego lento a baja temperatura». Aunque empezaron «poco a poco», sin prisas, tras poco más de un


año desde su apertura ya cuentan con una buena base de clientes. «La gente del barrio nos ha tratado genial desde el primer día, así que no nos podemos quejar. Los clientes se van bastante


contentos y hemos tenido mucha suerte con la acogida que nos han dado». Y aunque todavía deben de terminar de consolidarse, Ángel reconoce que ya piensa en expandir el negocio. «Primero


queremos estabilizar el negocio y si todo nos fuera bien la idea es abrir en más sitios. Queremos que tanto granadinos como extranjeros tengan un sitio donde sentirse como en casa y comer


bien. No queremos hacernos ricos, lo hacemos para disfrutar de la comida y de la gente», finaliza. Comenta Reporta un error