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Por cuestiones de trabajo, he tenido la posibilidad de acudir a muchos actos vinculados a la Casa Real y, lo mejor, es cuando te toca, ... como en el caso de ayer, momentos llenos de
cercanía, con motivo de la visita de Su Majestad el rey Felipe VI. Fue un encuentro muy cálido, a pesar de la apretada agenda. Me tocó acudir al monasterio de San Jerónimo, donde presidió la
reunión de las cinco Maestranzas de Caballería que hay en el país. Desde Ronda, Sevilla, Zaragoza y Valencia acudieron a la cita en Granada, con Gonzalo Martínez-Carrasco, teniente de
Hermano Mayor como anfitrión. Más que puntual a la cita, Felipe VI se dirigió hasta la sala capitular donde presidió la reunión de las cinco entidades, a puerta cerrada, pero de la que supe
algunos datos. Por ejemplo, su interés en la incorporación de la mujer. «Majestad, ya somos 27», dijo el máximo responsable de la Maestranza de Granada, añadiendo, sonriente, «poquito a
poco». Muchos maestrantes en el acto –imposible nombrarles– y mucho trabajo para que todo saliera bien, caso Alfonso y Manuel Martínez-Carrasco –gracias a Paloma por su colaboración–;
Mauricio Álvarez de las Asturias o Matías de Santa Olalla. Estaba Ramón Uribe, anterior teniente de Hermano Mayor, y no olvido a los máximos responsables de Ronda, Rafael Atienza; Sevilla,
Santiago de León; Zaragoza, Luis Navarro; y Valencia, Luis Alonso. Además de la duquesa Teresa Medinilla; el duque de Calabria, Pedro Borbón; y apellidos ilustres como Díez de Rivera,
Andrada-Vandewilde, Afán de Ribera, De Almansa o Benavides. Tras este acto interno, se entregó el premio Hernán Pérez del Pulgar, en un enclave del monasterio que embelesó a quienes venían
de fuera. Allí saludé a parte de las autoridades que asistieron: el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno y la consejera de Fomento, Rocío Díaz; la alcaldesa de la capital,
Marifrán Carazo; la senadora, Eva Martín; el delegado del Gobierno andaluz, Antonio Granados; el delegado del Gobierno de España, Pedro Fernández, así como el subdelegado en Granada, José
Antonio Montilla. No acudió ningún ministro, solo el secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. También asistieron el presidente del TSJA, Lorenzo del Río; la
Fiscal Superior de Andalucía, Ana Tárrago; los presidentes de la Audiencia Provincial, José Luis López Fuentes; de la Autoridad Portuaria de Motril, José Luis García Fuentes; de la
Diputación, Francis Rodríguez, con el diputado provincial Antonio Díaz; y el consejero delegado de Cetursa, Jesús Ibáñez. Saludé a la concejala Beatriz Sánchez; a Javier de Teresa y María
Teresa Pagés, responsables de los consejos sociales de la Ciudad y de la UGR; a Mariano de Damas, abogado y presidente de la Plaza de Toros de Granada; al hermano mayor de la Virgen de las
Angustias, Antonio González, y al decano de los palieros, Gerardo Aranda, que hicieron doblete; y al secretario de la delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, Jorge Martín. Entre
los militares y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hubo casi pleno. Allí estaba el teniente general jefe del Madoc, José Manuel de la Esperanza, con casi todo su equipo –también
fundamentales en el acto–, y antecesores en el cargo como José Carrasco, Francisco Puentes, Jerónimo de Gregorio y Manuel Bretón, hoy director de Cáritas. Buen ratillo que pude echar con
ellos, recordando viejos tiempos. Y estaban el subdelegado de Defensa, Federico González-Vico; el jefe de la Base Aérea, Miguel Durán; el comandante naval, Ángel Gamboa, el jefe superior de
la Policía, Luis Jesús Estaban, y el teniente coronel Javier Cerrato, de la Guardia Civil. «¿Nos podemos hacer una foto?» se preguntaban algunos de los invitados. Y, yo que departía con mi
director, Quico Chirino, tenía clara la respuesta, «preguntadle», porque como decía al principio, el ambiente fue propicio para que, prácticamente todos pudiéramos saludar al Rey, incluidos
los Niños Cantores de Guadix, que participaron en la eucaristía que ofició el rector de San Juan de Dios, Juan José Hernández. No olvido, como protagonista de la jornada, al ganador del
premio Hernán Pérez del Pulgar. Fernando Cid es su nombre y se mostraba muy emocionado, junto a su mujer Leyda y su hijo Francisco, de nueve años. Sus palabras fueron muy aplaudidas. Esta
entrega, el veinticinco aniversario, fue el motivo para que el día anterior, pudiéramos disfrutar de la Unidad de Música del Regimiento número 1 'Inmemorial del Rey', dirigida por
el teniente coronel músico, Juan Máximo Rodríguez. Fue un momento mágico vivido en el Palacio de Carlos V que encandiló a los muchos asistentes a los que el JEME, Amador Enseñat, saludó con
unas bonitas palabras. Destacó que no había tenido ninguna duda en apoyar la iniciativa del Madoc y de la Real Maestranza de Granada –en colaboración con el Patronato de la Alhambra– para
celebrar un concierto que resultó un éxito. El general de Ejército –hijo adoptivo de Granada– fue una vez más, un apoyo imprescindible para vivir momentos únicos. Amador Enseñat no puede
ocultar su cariño por esta tierra. Y, como es mutuo, he querido romper el protocolo –por su cargo tenía que haberlo citado mucho antes– y cerrar con este agradecimiento mi mirilla.