«cogió del cuello a mi compañero y después vino a por mí; me acorraló» | ideal

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Andrea (nombre ficticio, prefiere mantenerse en el anonimato) fue elegida de forma aleatoria para acudir a un aviso en un domicilio de Granada. Era una ... simple extracción de sangre a una


paciente que no pertenece al centro de salud donde trabaja, el de Salvador Caballero, en Beiro. Acudió a primera hora de la mañana acompañada de un estudiante de tercer curso de Enfermería


que está haciendo allí las prácticas. No sabían que acabarían viviendo su peor experiencia profesional hasta la fecha. Desde que llegaron notaron a la pareja con una actitud desafiante. Se


quejaban de que habían llegado tarde -tenían la cita a las 9.00 horas y eran las 9.10-. Primero recibieron presuntas amenazas por su parte, según asegura la enfermera, que decidió irse. «La


mujer nos cerró el paso con la muleta, decía que no nos dejaría salir hasta que no acabáramos», cuenta. Andrea consiguió llegar a la puerta y abrir, pero al alumno no le dio tiempo. «El


marido de la mujer lo cogió del cuello y después vino a por mí; me acorraló contra la pared. Yo le decía que no me tocara, que iba a llamar a la policía», indica la profesional. Finalmente


dejó que se fueran. Ambos denunciaron los hechos en la Policía Nacional poco después. Andrea, además, sufrió un ataque de ansiedad. Ya se ha reincorporado al trabajo, pero «con miedo».


«Cuando vas a un domicilio estás vendido, no sabes qué puede pasarte dentro», lamenta.