«lo paso muy mal como padre y en los partidos me quedo metido en el coche hasta los últimos minutos» | ideal

El padre de Aitor, José David, sabe bien por lo que pasa su hijo como árbitro que fue durante más de una década. «Es una ... vergüenza que tenga que ir a todos los partidos con miedo. Hasta

escondemos el coche cuando llegamos a los campos porque si nos ven, luego nos lo pueden rayar», se resigna. «Mi hijo no deja de ser un deportista más, en plena formación, pero es muy fuerte

que tenga que terminar llamándome la policía a veces porque le van a escoltar», lamenta. José David lo pasa tan mal durante los partidos que arbitra su hijo que ni siquiera los ve. «Me quedo

fuera, metido en el coche. Al descanso le llamo para preguntarle si le están insultando, en vez de si se lo está pasando bien, y asomo algo antes de que acabe por si tengo que acompañarle

fuera», reconoce, indignado porque «a los jugadores de su edad no les da nadie las voces que sí le dan a él». «A los árbitros nos dicen siempre que sabemos a lo que vamos, y que para eso

pagan quienes van y sueltan la ira por lo que les pase en casa. Y si unos niños ven que sus padres insultan, también ellos lo harán el día de mañana», detalla el padre de Aitor. «Echo de

menos que haya el respeto del tenis, con su silencio, o del taekwondo, donde se pegan y al final se dan la mano. En el fútbol, sin embargo, todo va de ganar y a veces tampoco basta con eso y

se intenta machacar al adversario», suspira. José David comprende que las sanciones para los clubes por episodios de este tipo sean leves en el fútbol base «porque ya asumen muchos gastos

con presupuestos bajos», pero sí pide que aumenten los castigos sobre los infractores y que «se implemente la tecnología para identificar a las personas que no puedan pasar». Con todo, desea

que su hijo siga arbitrando como hizo él: «Prefiero que pase los fines de semana en campos de fútbol y no en la calle de fiesta con alcohol o 'vapers' tal y como está la juventud

ahora mismo».