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JUAN SÁNCHEZ Vícar Sábado, 3 de mayo 2025, 23:15 Comenta Compartir Si la pregunta se las traía la respuesta no iba a ser más sencilla. Y es que el investigador del departamento universitario
de Biotecnología - Biología Vegetal de la Universidad Politécnica de Madrid, Julio Rodríguez, lanzó a los presentes en el Teatro Auditorio de Vícar el reto de contestar a una simple
cuestión, a la par que de lo más compleja: ¿Pueden los hongos fitopatógenos cambiar la historia? Antes de adentrarse en la resolución del misterio advirtió de que esto ya había ocurrido y
que durante su intervención ofrecería varios ejemplos vividos con los que apuntalar su argumentación. Antes de meterse en camisa de once varas, la misma que el quiso sacar a relucir, hizo
una importante advertencia: «A los investigadores nos falta mirar a los ojos a los agricultores a la hora de abordar los temas que tratamos en nuestros laboratorios». Toda una declaración de
intenciones, con autocrítica incluida, antes de adentrarse en el pantanoso terreno de la esencia de su intervención que no era otro que esa amenaza invisible que originan los hongos
fitopatógenos y que tienen, y han tenido, capacidad para cambiar la historia. Sin más preámbulos aseveró que «las plagas de hongos han cambiado la historia de la humanidad» y añadió que los
«hongos son peligrosos cuando se comportan como patógenos». Y es que «los informes de alertas sanitarias indican que desde hace veinte años se están desarrollando grupos de patógenos
emergentes». Esta proliferación de alarmas ha hecho que todos los agentes de la agricultura se hayan puesto en alerta y se hayan focalizado buena parte de las investigaciones a estos hongos
patógenos, que hacen determinados estragos en los cultivos. Como aseveró Rodríguez, «el problema son las enfermedades causadas por hongos y oomicetos», a los que se combate con productos
químicos, «a los que los hongos cada vez se hacen más resistentes». Como preció Rodríguez, «con la reducción de los plaguicidas y los anticidas como pide la Unión Europea hay que ir hacia
tratamientos más sostenibles». En el centro en el que desarrolla sus investigaciones se trata en hongos endófitos, fungicidas y trampas frente a nematodos. Y durante todo este tiempo de
trabajo han detectado que «hay hongos canívales», esto es, «que se alimentan de otros hongos». Lo de los hongos es una amenaza que va más allá de las plantas, puesto que a ellos también está
expuesto el ser humano. La temperatura corporal de 37 grados impide que los hongos subsistan en el cuerpo humano, pero el cambio climático está haciendo de que estos 'individuos'
cada vez sean capaces de sobrevivir en temperaturas más elevadas, lo que pueda dar lugar a que invadan a los seres humanos convirtiéndolos en zombies. «Hay que tener en cuenta que los hongos
están detrás de la gran extinción de anfibios» en los últimos años, después de que «se hayan adaptado a la temperatura que se ha incrementado en el agua». Por esto motivo, el experto hizo
un llamamiento que no pasó desapercibido en la sala. «Hay que plantearse más en serio la investigación con hongos». Y ello porque «nos enfrentamos al hecho de que los hongos son bastante
desconocidos y muy diversos, con hasta seis millones de especies, de las que sólo conocemos el dos por ciento», por lo que «no conocemos al enemigo al que nos enfrentamos». De entre los
hongos que más se saben son los que «generan problemas sanitarios», es decir, los que «afectan a productos basales como el arroz o el trigo». El experto lanzó una nueva pregunta a los
presentes: «¿Qué ocurre en Almería?». Al respecto, comentó que «no hay demasiados problemas con los hongos, aunque existen algunos enemigos, pero éstos se mantienen a raya». Según el
investigador, «botrytis es el que está dando más problemas, junto a fusarium», pero «el problema es que su presencia no es trivial». Al respecto comentó que «a la mayoría de los hongos
patógenos se previene, más que curar». A la hora de enfrentarse a ellos fue muy claro al señalar que «la solución sostenible pasa por el empleo de estrategias de control biológico y es
posible que la mejor arma que tengamos sean los propios hongos». Bajo su punto de vista los hongos fitopatógenos pueden ser una amenaza, pero los denominados micovirus se están empleando con
buenos resultados para evitar que los hongos se repliquen en la planta. Por tanto, la apuesta pasa por un enfoque holísitico para abordar el desafío de las enfermedades. Comenta Reporta un
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