El rugby brota entre los muros de la cárcel de zuera: "nos sirve para desahogarnos"

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El rugby español hizo historia ayer. La selección española se clasificó por segunda vez para un Mundial, al vencer a Suiza en Yverdon-les-Bains por 13-43. Sin embargo, mucho más cerca y de


manera más discreta, en la cárcel de Zuera también se escribió un pequeño capítulo en la historia de este deporte. EL EQUIPO DEL CENTRO PENITENCIARIO SE CONVIRTIÓ EN EL PRIMERO DE ESPAÑA EN


COMPETIR EN UNA LIGA FEDERADA, LA 1ª ARAGONESA. Se midieron al Fénix B y, aunque perdieron (12-37), culminaron años de trabajo con un meritorio esfuerzo en la fresca y soleada mañana que se


abría paso entre los muros de la cárcel. El equipo de nueva creación ha nacido con un frío nombre: Centro Penitenciario de Zuera; pero no descartan rebautizarlo con algo un poco más


‘comercial’. De momento, SON CERCA DE 40 PRESOS LOS QUE CONFIRMAN UNA PLANTILLA DE LA QUE ENTRA Y SALE GENTE EN FUNCIÓN DE LOS MOMENTOS EN LOS QUE TERMINAN SUS CONDENAS, SON TRASLADADOS DE


CÁRCEL... Uno de ellos, uno de los mejores además, ayer se quedó sin jugar por protagonizar un incidente en prisión un par de días antes. Sin embargo, cuando se calzan las botas y saltan al


césped artificial que ellos mismos instalaron en la cárcel, la cosa cambia. "Este es un deporte de contacto, pero te puedo decir que EN TODOS LOS AÑOS QUE LLEVAMOS ENTRENANDO CON ELLOS


–DESDE 2018– NO HEMOS TENIDO NINGÚN PROBLEMA", señala Adolfo Escolá, uno de los entrenadores del equipo. Es miembro del Fénix Rugby Club, la entidad que, con su empeño y dedicación, ha


logrado derribar de forma simbólica los muros de la cárcel de Zuera y hacer que este puñado de reclusos se sientan unos deportistas más, con sus entrenamientos, sus camisetas... y ahora


también, desde ayer, con sus partidos oficiales. Si el ‘zoom’ de la vista se ponía exclusivamente en el césped, el de ayer era un encuentro de rugby más, con la tensión, la intensidad, la


velocidad y la estrategia que este deporte aporta en cualquier categoría. Sin embargo, si la mirada se abría se descubría un decorado singular. El campo de la cárcel de Zuera se abre entre


varios módulos y junto a los enormes muros de hormigón del centro penitenciario, coronados con el característico alambre de espino en lo más alto. EN LA GRADA NO HAY FAMILIARES Y AMIGOS,


SINO QUE EL PÚBLICO SON UN CENTENAR DE PRESOS DEL CENTRO, QUE EN CIERTO MODO SON LOS FAMILIARES Y AMIGOS QUE ESTOS JUGADORES TIENEN AHÍ ADENTRO. Animan con ganas a sus compañeros, que lo dan


todo en el día de su debut. "Para casi todos era el primer partido que jugaban, así que se les notaba nerviosos esta semana", comenta Adolfo. Cisna Cabrera, subdirectora de


Tratamiento del Centro Penitenciario de Zuera, hace una valoración «muy buena» de esta actividad. "Se enseña a la población interna cómo el deporte puede ser una actividad lúdica, sana


y con unos grandes valores", apunta. Según ha observado en todo este tiempo, el rugby supone para ellos "una manera de tener el tiempo ocupado de forma sana". "PUEDEN


ENCONTRAR VALORES DISTINTOS A LOS QUE LES LLEVARON A PRISIÓN", añade Adolfo. Los presos hoy son presos, pero mañana estarán en la calle. Por eso, cualquier actividad que, en prisión,


les acerquen a una rutina y a unas relaciones sociales normalizadas, es oro puro: "Estas personas saldrán de aquí y vivirán en sociedad, hay que prepararles para ese momento", dice


 Cabrera. Estos días hay, exactamente, 1.004 presos durmiendo entre los muros de la cárcel de Zuera. Para los que se han subido a la ola del rugby, el día de entrenamiento es especial.


Aunque en 2018 fueron los chicos los que empezaron, HACE UN AÑO QUE SE ANIMARON TAMBIÉN UN GRUPO REDUCIDO DE CHICAS, que están entrenando con las jugadoras también del Fénix Club de Rugby.


"Esto sirve para desfogarte. Haces deporte, te distraes y sales de la monotonía. TE DAS CUENTA QUE EL DEPORTE ES BUENO, AUNQUE LO QUE NO SON BUENO SON LAS AGUJETAS DEL DÍA


SIGUIENTE", bromea una de las reclusas tras la sesión de entrenamiento de las chicas de ayer, que sirvió de aperitivo antes del partido de los chicos. Una de sus compañeras –ambas


prefieren mantenerse en el anonimato–, dice que "jamás" pensó en practicar el rugby, pero que le sirve para desahogarse. "AQUÍ DAS GOLPES Y NO TE PONEN PARTE", BROMEA,


DIVERTIDA, ENTRE RISAS.