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Creo que fue George Orwell el autor de esa frase desengañada de que la historia la escriben los vencedores. Es indudable en términos militares, pero también en lo que se refiere a la
historia del arte. UN CANON ESTÉTICO, LITERARIO O ARTÍSTICO, ES UNA PODEROSA HERRAMIENTA DE LEGITIMACIÓN y otorga a los nombres que incluye poder, dinero y una variable ración de
inmortalidad en forma de fama. NÉSTOR REENCONTRADO Museo Reina Sofía. Madrid. Comisario: Juan Vicente Aliaga. Hasta el 8 de septiembre Quienes lo construyen son conscientes de que establecen
un cierto relato que en adelante será la verdad. LA HISTORIA DEL ARTE, LA UNIVERSAL O LA ESPAÑOLA, ES UNA CONSTRUCCIÓN de ese tipo y una de las características de nuestro tiempo es la
disposición a revisarlo. Y ello porque los principios que cimentan ese canon están en cuestión, ya se trate de la belleza, la excelencia artística, la relación de los humanos con otros
animales o los roles de género. Cavilo sobre estos asuntos al salir de la exposición de Néstor (Néstor Martín-Fernández de la Torre, Las Palmas de Gran Canaria, 1887-1938), ABRUMADO POR LA
POTENCIA CREATIVA DE UN ARTISTA QUE NO OCUPA EN EL ARTE ESPAÑOL DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX UN PAPEL A LA ALTURA DE SUS LOGROS. Néstor (ese fue su nombre artístico) no es un artista
desconocido y menos en Canarias, y en vida tuvo un reconocimiento amplio, aunque no exento de polémica, como veremos. Mi reflexión apunta, como decía, a lo que la historiografía de finales
del siglo XX evalúa como significativo y lo que no. Y ahí, el silencio es estruendoso. Desde la ortodoxia moderna, SU FILIACIÓN SIMBOLISTA Y DECADENTISTA LE TACHÓ DE PINTOR DECORATIVO –que
lo era, pero no solo, y torpe–, pero en realidad sus figuras de rasgos excéntricos eran conscientemente ambiguas y disidentes. Nacido en una familia acomodada, casi niño empezó a formarse
con Eliseu Meifrén (notable impresionista catalán circunstancialmente en Las Palmas). Luego vivió en Madrid, en cuya Residencia de Estudiantes ENTABLÓ AMISTAD CON LORCA Y DALÍ, y entre 1907
y 1913 en Barcelona, donde entró en contacto con el modernismo. Néstor Martín-Fernández de la Torre: 'Epitalamio (o las bodas del príncipe Néstor)', 1909. Foto: Museo Néstor, Las
Palmas de Gran Canaria Una estancia en Londres resultó trascendental, tanto porque allí se impregnó de la estética prerrafaelista de Burne-Jones y Rossetti como porque seguramente SUPUSO SU
INICIACIÓN EN EL ESOTERISMO Y LA MASONERÍA. Influencias detectables son el dibujo alambicado de Audrey Beardsley y las escenas de oscuro simbolismo de Gustave Moreau, Knopff y Franz con
Stuck. Así, cuando configura tempranamente su estilo personal, ya en 1909, SU PINTURA ES ANACRÓNICA Y ESTÁ COMPLETAMENTE AL MARGEN DE LAS TENDENCIAS en boga, el realismo y el naturalismo,
cuyos mejores exponentes hispanos eran Ramón Casas e Ignacio Zuloaga. Sin embargo, SUS PERSONAJES SENSUALES, REFINADOS Y SEXUALMENTE AMBIGUOS NO ENCUENTRAN PARANGÓN EN LA PINTURA ESPAÑOLA de
su tiempo (ni en épocas anteriores). El contraste era chirriante. No es de extrañar que el pintor Isidre Nonell, con una crueldad ejemplar, considerara su obra “un orinal con flores”.
También importa saber que pasó una década en París, donde pudo mantener una larga relación sentimental con el compositor Gustavo Durán y donde celebró en 1930 una exposición (en la Galería
Charpentier) que le otorgó una AMPLIA PROYECCIÓN INTERNACIONAL. Néstor Martín-Fernández de la Torre: 'Poema del atlántico: Mar en reposo, 1923'. Foto: Museo Néstor. Las Palmas de
Gran Canaria La crisis económica de 1929 y la ruptura con su pareja le empujaron a regresar a Las Palmas en 1934. Una neumonía mal curada le causó prematuramente la muerte en 1934. Tras su
fallecimiento, EL ESCÁNDALO QUE HABÍA ACOMPAÑADO MUCHAS DE SUS OBRAS PROVOCÓ PRIMERO SU OCULTACIÓN Y LUEGO SU OLVIDO. El franquismo, por su parte, rescató su faceta más folclórica con fines
de promoción turística. Tras un recorrido por sus tanteos estilísticos, en la exposición tropezaremos con un cuadro imponente, _Epitalamio o las bodas del príncipe Néstor_ (1909), en que los
contrayentes son el propio artista y su versión feminizada. Al su lado les festejan unos jóvenes de atractivos desnudos medio cubiertos por una catarata de flores. Es la obra de un artista
precoz y toda una declaración de principios. ABIGARRADA Y EQUÍVOCA, PROPONE TAMBIÉN UNA INTERPRETACIÓN EN CLAVE ALQUÍMICA, COMO LA FUSIÓN DE CONTRARIOS. La muestra va a recorrer su
trayectoria a través de 200 piezas y en ella encontramos sus trabajos como escenógrafo de vanguardia (para piezas de Falla, Albeniz y del propio Gustavo Durán), como muralista (con escenas
recargadas hasta lo cursi o de sobrio regionalismo) y, finalmente, como PROMOTOR DEL PAISAJE Y LA ARQUITECTURA CANARIA. Con perspectivas insólitas, Néstor prestó cuidadosa atención a la
fauna y la flora autóctonas. Sin embargo, LO VERDADERAMENTE NOTABLE SON DOS SERIES. Una es su inacabado _Poema de los Elementos_, con el que quería erigir una suerte de capilla dedicada a
las cuatro estaciones y los cuatro momentos del día. A este proyecto pertenecen los lienzos del_ Poema del Atlántico_, extraordinarias composiciones oníricas inflamadas de luz. Enormes peces
se cruzan con cuerpos desnudos de erótica plenitud en un mundo subacuático. Néstor Martín-Fernández de la Torre: 'Sátiro del valle de Hespérides', 1930. Foto: Museo Néstor. Las
Palmas de Gran Canaria Por su parte, los cuadros del _Poema de la Tierra_ muestran parejas heterosexuales de exuberante carnalidad, que se abrazan y ruedan sobre flores y plantas. ES
LLAMATIVA ESA FUSIÓN CON UNA NATURALEZA ANIMAL O VEGETAL PERFECTAMENTE IDENTIFICABLE (NÉSTOR ERA UN CONSUMADO ICTIÓLOGO). La otra serie llamativa es la de _Los sátiros_. Esas divinidades
campestres de la mitología griega ostentaban pezuñas y cornamenta como muestra de su carácter salvaje y lascivo. Néstor los pintó a lo largo de más de una década como retratos
personalizados, pero siempre con labios carnosos y miradas concupiscentes que aún hoy nos inquietan desde las paredes.