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IRATXE BERNAL Domingo, 21 de febrero 2021, 02:45 | Actualizado 21:10h. Comenta Compartir Si hace un año nos hubiesen preguntado qué sectores económicos podrían beneficiarse de todo lo que
hemos vivido, uno de los que parecería más claro hubiese sido el de las 'fintech'. Las recelos a la hora de acudir a la sucursal o a pagar en metálico unidos a la mayor soltura que
todos hemos tenido que coger en el uso del teclado ya sea para trabajar, comprar o contactar con la Administración tendrían que haber puesto a las empresas que aplican las innovaciones
tecnológicas a los servicios financieros en la rampa de despegue, pero parece que no ha sido así. Si antes de la pandemia el 30,2% de la población sabía lo que era una 'fintech',
hoy ese porcentaje apenas se ha elevado hasta el 32,6%, según un estudio de la asociación de usuarios financieros Ausfin. Estas firmas ofrecen de manera telemática tareas de intermediación
que antes sólo realizaban los bancos tradicionales (como transferencias de dinero, asesoramiento de inversiones, tramitación de créditos o incluso la propia financiación de particulares)
pero también facilitan nuevos servicios como las aplicaciones para la gestión de las finanzas personales aunando en una misma aplicación móvil, por ejemplo, toda la información de nuestras
cuentas, aunque estas sean de diferentes entidades. Según Asufin, el grupo de edad más atraído por ellos es el de quienes tienen entre 18 y 55 años, pero incluso entre ellos su uso intensivo
se queda en el 30%. La principal conclusión del informe es que la gestión online de las finanzas sigue concentrándose en las tareas más sencillas. Así, más del 90% de la población utiliza
los canales digitales de las entidades bancarias para consultar el saldo y los movimientos de sus cuentas o para realizar algunos pagos. En cambio, este porcentaje desciende si consideramos
la gestión del ahorro, que sólo realizan a través de Internet un 28% de los encuestados, o la contratación de servicios, que en remoto únicamente convence al 26%. Esto explica si quitamos de
la ecuación los canales o herramientas digitales de las entidades tradiciones (como Bizum), los operadores financieros íntegramente tecnológicos con mayor aceptación sean los relacionados
con pagos y transferencias (como Paypal o Transferwise), que usa un 89% de la población. A bastante distancia, quedan otros servicios como los agregadores, que permiten tener en una misma
app las cuentas de varios bancos, con un 38%, o los comparadores financieros, con un 26% Además, el documento asegura que seguimos fiándonos más en la banca tradicional que de los servicios
financieros que ya ofrecen los gigantes tecnológicos, concretamente las reunidas en el acrónimo GAFA: Google, Apple, Facebook y Amazon. La principal pega es, según el 51,63% de los
encuestados, su poco fiable gestión de los datos personales. «Para no repetir errores del pasado, debemos exigir a las 'fintech' la misma transparencia que exigimos a los
operadores convencionales del mercado financiero: los consumidores tenemos el derecho de saber qué se hace con nuestros datos, para qué se recaban y qué valor cedemos a las compañías con
ello. Sobre todo, a la población más joven que, en estas transacciones, se sitúa en una posición de mayor vulnerabilidad por sus todavía escasos conocimientos financieros sumados al uso más
intensivo que hacen de la tecnología. Hay que concienciarles acerca de las consecuencias que tiene la cesión de datos a las tecnológicas», advierte a este respecto Patricia Suárez,
presidenta de Asufin. Comenta Reporta un error