Semana de Museos | Diario Sur

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La doble convocatoria de elecciones, autonómicas y locales, en un período inferior a tres meses ha reducido a ésta la única semana en la que se permita, por Ley, realizar inauguraciones.


Parecía que iban a faltar días en el calendario, pero las administraciones han sabido organizar en cascada sin solaparse ese rosario de actos y puestas de largo -suspendidas tras los tres


días de luto oficial por el accidente del avión que se estrelló en los Alpes- con los que culminar una legislatura en la que, a nivel municipal, la cultura se lleva la palma. Pese a que no


todo han sido luces en el mandato, -léase el fallido Museo Art Natura que tras un ambicioso proyecto acabó desluciendo tras pasar por los tribunales la gestión municipal en el ecuador de la


legislatura-, el Ayuntamiento malacitano supo reconducir ese traspiés y conseguir algo que nunca antes se hubiera imaginado: importar de forma pionera una réplica del mismísimo Centro


Pompidou de París a la capital de la Costa del Sol. Un trocito de la pinacoteca gala que supone un reclamo sin precedentes para una capital en la que el segmento cultural ya pisaba fuerte


desde hace algunos años gracias al Museo Picasso o el Centro de Arte Contemporáneo, pero que ahora empieza a ser introducido en los circuitos más exclusivos en la materia, en los que también


se incluye el Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, levantado sobre la sede en la que se dibujó en su día el frustrado Museo de las Gemas. Pero no todo queda en la capital, y la


provincia estrenó ayer otro importante revulsivo, el Museo de Arte de la Diputación en Antequera, MAD, que alberga en esa importante localidad una notable colección pictórica de los siglos


XIX y XX en la antigua Casa de los Colarte. Sólo resta que una de la grandes promesas que guardan el sueño de los justos, vean la luz: ese Museo de Málaga llamado a albergar la obra del


antiguo Museo de Bellas Artes y Arqueológico, que llevan prometiendo los sucesivos Gobiernos de la Nación legislatura tras legislatura. Pero, más importante aún, es sin duda ser capaces de


canalizar adecuadamente y dar respuesta a las demandas de ese importante potencial a través de las correctas estructuras, técnicas y humanas, que no hagan desmerecer o desaprovechar todo lo


que se ha construido. Y ya puestos a desear, soñar con poder sacar a todo lo conseguido, el máximo provecho posible. Reporta un error