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Dos personas se acercan a una mujer anciana y le preguntan una dirección. "Perdone, ¿podría decirme dónde está el centro médico más cercano?". La señora les indica el camino que
deben seguir y los dos interlocutores dicen quedar muy agradecidos. Tanto que quieren darle las gracias efusivamente. "¿Me permite que le dé un abrazo, señora?". En ese contacto
físico, aprovecharán para birlarle todo lo que puedan. Joyas, reloj, cartera, teléfono móvil... Lo harán con suma habilidad, de tal manera que la mujer no sabrá si ha perdido sus
pertenencias por la calle o las ha olvidado en algún lugar. FRANCISCO ANGUITA. INSPECTOR POLICÍA NACIONAL "Cuando les roban a una persona mayor así, les roban a una persona
indefensa" Este supuesto es uno de los más comunes que se dan en el llamado _hurto__cariñoso_. En el argot policial, se denomina así a la actividad criminal en la que una o varias
personas se aproximan a una víctima, preferentemente de avanzada edad, con el objetivo de buscar el contacto físico con ella mediante un falso abrazo para sustraerle con habilidad las joyas
o la cartera, o con diferentes excusas para intentar ganarse su confianza. Pueden decirle que les recuerda mucho a su abuela o que la conocen de alguna ocasión anterior y quieren darle un
abrazo. Generalmente las víctimas son mujeres, pero también hay hombres ancianos a los que los ladrones se arriman. En este caso suelen ser chicas jóvenes las que ofrecen sexo o incluso le
hagan tocamientos a la víctima en sus partes íntimas para excitarlo sexualmente y así ganarse su confianza. En Sevilla todavía no son muy frecuentes este tipo de hurtos, a los que también se
conoce con el nombre de _amorosos_ o de agradecimiento. Pero sí se han dado ya varios casos, casi todos en el centro y en Nervión, siempre cerca de zonas comerciales. Los delincuentes que
cometen estos robos suelen actuar en grupos de tres personas, casi siempre dos mujeres y un hombre. Este último ejerce funciones de conductor y se encarga de esperar a las dos mujeres con el
coche en marcha en un lugar cercano, para así garantizarles la huida. En alguna ocasión, cuando la víctima se ha dado cuenta de que le estaban robando y se ha resistido, esta figura del
conductor se ha convertido poco menos que en un matón, golpeando a la víctima para así lograr su propósito. Los hurtos los cometen dos mujeres, jóvenes, de piel muy blanca, bien parecidas,
aseadas y arregladas. Son las encargadas de acercarse a la víctima con cualquier excusa y cometer los hurtos. Son extremedamente habilidosas. Tanto que la Policía está convencida de que hay
muchos más casos de los que se denuncian porque las víctimas no se han dado cuenta de que les han robado, o si lo han hecho sienten vergüenza a la hora de contarles lo ocurrido a sus hijos o
familiares. Las excusas empleadas por los delincuentes para acercarse son varias. No sólo preguntan por lugares o establecimientos públicos y aseguran que la víctima se parece demasiado a
un familiar suyo. Otras veces intentan colocarle en el cuello o en la muñeca algún tipo de baratijas o bisutería como agradecimiento a la información facilitada, agasajando a la víctima y
aprovechando ese momento de descuido para robarle. En otras ocasiones, solicitan la firma y/o ayuda económica para colaborar con alguna institución benéfica o similar. Si la víctima accede
se lo agradecen con besos y abrazos y sustrayéndole la cartera o las joyas. Esta última argucia ya se daba en Sevilla en los últimos años, con las mujeres de nacionalidad rumana que fingían
recoger dinero para una asociación de sordos e iban con una carpeta en la que mostraban las firmas y los DNI de las personas que las habían ayudado, así como la cantidad que éstas habían
aportado. Los delincuentes que roban mediante el método del _hurto__cariñoso_ proceden también del este de Europa, pero van mucho mejor vestidos y tienen mejor apariencia que aquellas chicas
rumanas de las carpetas. Antes de cometer los hurtos, suelen desarrollar alguna vigilancia u observación. Generalmente se colocan cerca de entidades bancarias y abordan a personas mayores
que acaban de salir de ellas y saben que llevan dinero encima. Igualmente, también operan por zonas comerciales y siguen a personas de avanzada edad que hacen compras en estos recintos. En
Sevilla se han dado varios casos, pero la Policía teme que muchos no se denuncien La Policía Nacional está llevando a cabo una importante labor de prevención de este tipo de hurtos, mediante
charlas en centros de día y residencias de mayores. El encargado de dar estas charlas es el inspector Francisco Anguita, responsable de la unidad de Participación Ciudadana de la Policía
Nacional en Sevilla. Este agente pide que se informe a las personas mayores de este tipo de hechos, para que los tengan en cuenta y desconfíen de cualquier persona que quiera abrazarlos por
la calle con algún pretexto. "Cuando alguien le roba así a una persona mayor, le está robando a una persona indefensa, con toda la carga que eso tiene. No hay todavía alarma social con
estos delitos porque aún en Sevilla no se han dado muchos, pero es bueno que nuestros mayores sepan que puede darse en cualquier momento porque quienes los cometen suelen formar parte de
bandas itinerantes, que un día roban en Sevilla y otro pueden hacerlo en otra ciudad", apunta Anguita, que recuerda que las personas mayores siguen siendo víctimas de los timos
clásicos, y así trata de recordarlo en sus charlas. Para impedir estos robos, la Policía da una serie de consejos. En primer lugar, evitar hacer ostentación de joyas u otros efectos de valor
en la vía pública. Después, han de procurar no hablar con desconocidos y, en cualquier caso, desconfiar de las personas que muestren un repentino interés hacia ellos con la intención de
embaucarlos o aislarlos del lugar en el que se encuentran. Han de tener precaución a la hora de retirar dinero en efectivo de los bancos o cajeros automáticos. Siempre es bueno que las
personas mayores vayan al banco acompañadas por un familiar o por alguna persona de confianza. Cuando alguien observe este tipo de hechos, la Policía recuerda la necesidad de avisar, bien a
través del número de teléfono 091 o mediante la aplicación de telefonía móvil Alertcops. En el momento en que llegue el aviso, una patrulla de la Policía Nacional se desplazará
inmediatamente al lugar indicado. Los agentes están dando charlas en asilos y centros de día para informar a los mayores El hecho de que las víctimas sean personas de especial
vulnerabilidad, por su edad o porque tengan ya algún deterioro físico o psíquico, dificulta las investigaciones policiales. En muchas ocasiones las víctimas no son capaces de facilitar una
descripción de los ladrones, ni tampoco de aportar el número de la matrícula del coche en el que éstos se dieron a la fuga. Se les pueden mostrar una serie de imágenes de sospechosos, pero
difícilmente serán capaces después de reconocer sin ningún género de duda a las personas que los asaltaron. Por ello, es aconsejable que, en la medida de lo posible, hagan alguna fotografía
con sus teléfonos móviles, al menos del vehículo en el que los delincuentes se marchan, para así poder iniciar la investigación con algún dato del que poder tirar hasta identificar y detener
a los autores de estos hurtos.