"no es una ludópata, quería vivir del juego", dicen los forenses de la acusada del caso de la burundanga

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Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de León y Zamora negaron que la sospechosa del caso de la burundanga presente rasgos fehacientes de ludopatía. "Rotundamente


no". El juego "no es un medio, es un fin en estos pacientes". Tras verla cuatro veces, los doctores apreciaron que "tiene un control muy medido del juego, que usa para


ganarse la vida. Solo juega torneos importantes y su cuenta nunca se queda a cero", explicaron los  especialistas. "No tenía alteradas las capacidades volitivas ni cognitivas, era


consciente de lo que hacía". Según sus tesis, es imputable. Hasta cinco psicólogos de parte han explicado también sus versiones. "De la ludopatía no se sale sin ayuda", ha


argumentado uno de los profesionales, a preguntas de las acusaciones particulares. "Necesidad de jugar, acervo, mentiras constantes y demás son los signos más habituales de esta


enfermedad Se juega por adicción, no para pagar una deuda", dijo el tercer psicólogo. Una doctora más trató a la sospechosa de su adicción a la cocaína, de la que recibió atención


médica personalizada en Salamanca. "Dio positivo al llegar al centro", mencionó en el interrogatorio. "Consumía a diario". Tenía un perfil "antisocial, sádico y


paranoide", dijo de acuerdo a uno de los informes. Los testimonios periciales y los informes de los médicos forenses catalizaron el centro de la jornada tercera este miércoles en el


juicio que se sigue en la Audiencia Provincial contra una joven acusada de usar burundanga para anular la voluntad de cinco personas a las que en siete ataques sustrajo diversas cantidades


de dinero, desde los 20 a los 9.000 euros. Supuestamente lo hacía para sufragar los gastos de su adicción al juego online. La fiscal solicita para ella algo más de 16 años de cárcel. El caso


"lo inició realmente el Hospital,", reconocieron los forenses Ignacio Alija, Daniel Bóveda y María Barbero, en otra genial puesta en escena del primero. "Usar una


escopolamina comprada ilegalmente por internet es como darle un Kalashnikov cargado a un mono que se ha bebido media botella de Jack Daniel's", ejemplificó Alija. Genio y figura.


El esclarecimiento del caso fue una gran tarea de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Y del Complejo Asistencial Universitario de León, que apreció que la última víctima superaba cuatro


veces los niveles de intoxicación considerados muy graves. "Desde hace años están muy sensibles a los envenenamientos", ensalzó el forense sobre la forma de proceder de los


servicios de Urgencias. "La vida de las víctimas corrió muy serio peligro".  La ludopatía "tiene unas manifestaciones terroríficas, ansiedad, peleas, conducción temeraria y


unos comportamientos sexuales que ella no tiene. Deja de jugar de repente. Eso no es propio de la ludopatía". Se necesita un tratamiento "muy duro y muy largo en el tiempo que ella


no ha seguido, porque esto en realidad era su forma de intentar ganarse la vida", explicaron los forenses. Los hospitales no encontraron vestigios de escopolamina en las primeras


víctimas "porque para detectarla se necesitan pruebas de laboratorios muy especializados", remarcaron los forenses.  "Se contradijo varias veces en algunas de las


exploraciones que le hicimos y no tuvo ningún problema en hacerlo", insistieron los forenses en relación con el consumo de cocaína, que los doctores situaron en el tiempo "mucho


después de los hechos que aquí se juzgan".  La psicóloga que valora el grado de discapacidad mental de la sospechosa ha explicado que lo evalúa en un 65% según su punto de vista.


"Tiene un trastorno de mentalidad que dificulta el control de sus impulsos". La fiscal ha puntualizado a la perito que su informe data del año 2022. No obstante, obran en autos


informes en sentido contrario. La perito constató una ludopatía pronunciada "pero desconozco si había seguido algún tratamiento". Se trata de un informe solicitado por su defensa.


"No tiene una discapacidad del 65% ni de lejos, como mucho tiene un 5%", repusieron los forenses del Instituto de Medicina Legal contra esta tesis. "Tendría que tener unos


rasgos antiadaptativos tremendos y ella no los tiene". Más cuestiones impactantes: "La escopolamina puede producir una parada cardíaca en cualquier momento, no depende de la dosis.


Ha habido un riesgo real de muerte, además de los delirios que sufrieron las personas a las que se les había suministrado", puntualizaron los doctores del Instituto de Medicina Legal.


  No ha sido posible localizar y citar a una doctora de Sacyl, por lo que su testimonio se intentará recabar mañana. El relato que ha abierto la jornada ha correspondido a un hombre que


conocía a la imputada desde joven y ha seguido a continuación el padre de la víctima que estuvo al borde de la muerte por la ingesta de escopolamina. Ambos han reiterado la forma de actuar


de la joven en los mismos términos que lo han hecho los testigos de los días anteriores. Compareció también en la sala el padre de la procesada. Se ha acogido a su derecho a no declarar y


decidió quedarse en la sala, cerca de su hija.