Domingo de ramos, de tonos azules, de palmas y ramas de olivo, de jesús a lomos de una burrica en su entrada en jerusalén

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Cientos de personas recrearon este domingo en Abarán la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de una burrica. El desfile partió desde la iglesia de San Juan Bautista y discurrió por el


itinerario habitual, con la participación de los distintos estandartes de las Hermandades de Semana Santa de Abarán y la Banda de Tambores y Cornetas de la Verónica abriendo un cortejo que


contó con una alta participación. Las primeras autoridades civiles y eclesiásticas presidieron este desfile, que cerraba, como ya es habitual, la Banda de Música de la Agrupación Musical


'Santa Cecilia'. PALMAS Y RAMAS DE OLIVO  El Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa en el calendario cristiano, abre siete jornadas de la pasión y devoción que se


vive en las calles al ritmo del paso de las cofradías. Este primer día de celebraciones destaca porque las palmas cobran una especial importancia, ya que acompañan a los fieles en la


celebración de la misa, y esto se debe a que ese día los cristianos conmemoran la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, cuando, a su paso en una burra, el pueblo salió a recibirle


entre aclamaciones, agitando palmas y ramas de olivo, dos árboles típicos de aquella zona. Durante la misa del Domingo de Ramos, las palmas y ramas que los fieles portan son bendecidas, y,


tradicionalmente -aunque en los últimos años es una costumbre venida a menos-, se suelen guardar para colocarlas en ventanas y balcones durante los días de Semana Santa y más allá de los


siguientes meses. Después deben conservarse un año prácticamente, hasta la celebración del siguiente Miércoles de Ceniza, ya que ese día se utilizan los restos que surgen al quemar las


palmas bendecidas el año anterior.