Guía para planificar un viaje a las bermudas

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ACTIVIDADES PARA LOS AMANTES DE LA NATURALEZA: si deseas observar las aves, no es necesario desviarte del camino para ver algunas de las casi 400 especies de la isla, como el ave tropical de


cola blanca (o rabijunco) que a menudo se puede ver planeando con elegancia sobre el oleaje, y que aparece en el reverso del billete de $50 de las Bermudas. Si tienes mucha suerte, podrás


ver el petrel de las Bermudas (o cahow), que se consideró extinto durante 300 años antes de volver a descubrirse en 1951. Por lo demás, la isla está sembrada de lugares fantásticos para


contemplar la naturaleza, como la Reserva Natural de Spittal Pond (en inglés) y la Reserva Natural de Walsingham —en inglés— (también llamada Tom Moore’s Jungle), una amalgama de bosques de


manglares, cuevas y sumideros hundidos. Las cuevas Crystal y Fantasy están pobladas de asombrosas estalactitas y estalagmitas. Los visitantes las exploran sobre una serie de botes pontones


que navegan por un lago submarino. Al regresar a tierra firme, puedes recorrer casi todo el terreno a pie, en bicicleta o incluso a caballo en el sendero Railway Trail de 18 millas, que


sigue un antiguo tramo de ferrocarril. PARA LOS AFICIONADOS A LA HISTORIA: la capital del territorio, Hamilton, alberga una gran cantidad de edificios históricos. Sin embargo, si deseas


adentrarte realmente en la historia de las Bermudas, dirígete a la ciudad de Saint George en el extremo este. Se fundó en 1612 a raíz del naufragio del Sea Venture (un episodio que


supuestamente inspiró la obra de La Tempestad, de Shakespeare). Es la ciudad inglesa más antigua que subsiste en el Nuevo Mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Los lugares más destacados incluyen la encalada Iglesia de San Pedro (en inglés), la iglesia anglicana más antigua fuera de las Islas Británicas (se reconstruyó después de un violento


huracán en 1712, pero su credencia de 1612 y su púlpito de cedro de 1660 aún se utilizan hoy en día); los estrechos callejones empedrados que llevan nombres como Shinbone Alley y Silk Alley;


la Casa Histórica y Museo Tucker House de 1752, que está colmada de antigüedades y artefactos encontrados durante una excavación arqueológica; y la Iglesia Inacabada, una iglesia sin techo


que comenzó a construirse en la década de 1870 y, bueno, seguro que puedes imaginar el resto. En Saint George también se encuentra la librería Long Story Short, que ofrece una serie de


visitas guiadas temáticas por la isla, incluida una llamada “Resilience: Bermudians of African Descent”, que traza la historia de la esclavitud y la emancipación en las Bermudas. PARA LOS


GOLFISTAS: cuando se inauguró el año pasado, el complejo turístico St. Regis incluyó un aliciente: un campo de golf restaurado en St. George que estaba en desuso y que luego resurgió con el


nombre de Five Forts Golf Club. Como su nombre indica, los 18 hoyos del campo de golf atraviesan y rodean cinco fuertes históricos, empezando en el fuerte Victoria, que se construyó en 1842.


El bellísimo campo de golf de Tucker’s Point celebra este año su 90.º aniversario. Azotada por fuertes y variables vientos costeros, el escarpado campo de golf ofrece vistas del mar


circundante. En las cercanías, el Mid Ocean Club es un club privado para socios, pero los visitantes pueden jugar entre semana, si hay disponibilidad. La cancha de golf se inauguró en 1921,


y el club se ganó un lugar en la historia por ser el sitio de reuniones cumbres entre el presidente Dwight D. Eisenhower y dos primeros ministros británicos en la década de 1950. Si deseas


disfrutar de un juego de golf totalmente nuevo (o simplemente no deseas cargar ni alquilar palos costosos), el Turtle Hill Golf Club del Fairmont Southampton es un pionero en la práctica de


un nuevo deporte llamado fútgolf, que consiste en patear una pelota de fútbol por el campo de golf y meterla en hoyos de gran tamaño. No hay duda de que volverás a sentirte como un niño.


PARA LOS AMANTES DE LA PLAYA: famosas por su arena de color rosado (creada por organismos unicelulares llamados foraminíferos), las playas de las Bermudas son hermosas durante todo el año,


aunque los lugareños no se sumergen hasta el comienzo extraoficial de la temporada, el Día de las Bermudas, el último viernes de mayo. Hay playas para todo tipo de visitantes: la amplia


playa Horseshoe Bay para tomar sol, Warwick Long Bay para bucear entre peces loro, y la playa West Whale Bay para contemplar las ballenas jorobadas que se acercan a la orilla. Uno de los


lugares más increíblemente fotogénicos de toda la isla es Jobson’s Cove, una pequeña playa situada entre formaciones rocosas dentadas a la que se puede llegar por un sendero desde Warwick


Long Bay. Es tan serena y oculta a plena vista que casi dudamos en revelar el secreto. Pasar un día en la playa no tiene por qué consistir simplemente en sentarse bajo el sol: otras opciones


más intrépidas incluyen bucear entre los famosos restos de naufragios de la isla, ser impulsado por el viento en una tabla con parapente (“kitesurfing”) de Upwind Sports, emprender una de


las excursiones guiadas en kayak de BDA Watersports o contemplar un espectáculo bioluminiscente con luna llena en un crucero con fondo de vidrio con el Bermuda Underwater Exploration


Institute.