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"La humedad en la cabina de pasajeros puede bajar hasta un 10% después del despegue, siendo la respiración de los pasajeros la única fuente de humedad", señala Gendreau. Ese aire
seco puede afectar las membranas mucosas de tu nariz y tus vías respiratorias, que necesitan hidratación para funcionar adecuadamente. Tomar una buena cantidad de agua (al menos ocho onzas
por cada hora de vuelo) contrarrestará los efectos deshidratantes de viajar en avión. Trae una botella reusable. La mayoría de los aeropuertos cuenta con lugares para rellenar tu botella y
puedes conseguir agua en la cocina del avión durante el vuelo. "Es muy importante beber una buena cantidad de líquido si estás tomando algún medicamento", dice Gendreau. Algunos
medicamentos actúan como diuréticos y pueden deshidratarte, como por ejemplo los que actúan sobre la presión arterial. Según Testa es mejor no tomar café y bebidas alcohólicas y azucaradas,
las cuales te deshidratan aún más. USA UN AEROSOL NASAL Nuestras membranas mucosas son mucho menos eficaces a la hora de bloquear infecciones si están secas, dice la Dra. Michelle Barron,
profesora de medicina y enfermedades infecciosas en UCHealth, University of Colorado Hospital. Unas dosis rápidas, cada dos horas, las mantendrán húmedas. Busca un aerosol salino, aconseja
Testa. Tiene el mismo pH que los delicados tejidos de tu nariz y no te arderá. Evita aerosoles nasales con medicamento o cualquier producto con conservantes que puedan secar tus conductos
nasales. De paso, incluye un bote pequeño de gotas para los ojos en tu bolso. Aliviarán la sequedad y el picor de ojos y harán menos probable que te los frotes con los dedos (posiblemente)
contaminados. ESTIRA TUS PIERNAS La posición del respaldo tiende a hacer la circulación más lenta, aumentando el riesgo de una trombosis venosa profunda, la formación de coágulos sanguíneos
en las piernas. Lo más probable es que permanezcas sentado, ya que la mayoría de los vuelos están llenos durante los desplazamientos vacacionales. Resístete al deseo de quedarte quieto;
muévete por la cabina aproximadamente cada hora. Si no quieres moverte de tu asiento, dice Gendreau, puedes hacer este ejercicio para mejorar la circulación: con los pies planos sobre el
suelo, sube y baja los talones, hacia arriba y hacia abajo, haciendo un movimiento oscilante. Y si tienes más de 60 años u obesidad, o tienes un historial de enfermedad del corazón, venas
varicosas o coágulos sanguíneos, visita a tu doctor antes de viajar, especialmente si el vuelo es de más de dos horas de duración. RELÁJATE "Uno de los aspectos menos debatidos y de
mayor influencia en nuestra salud es el efecto del estrés en la disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunitario para combatir los gérmenes", dice Cetron desde la DGMQ. Hay
que admitir que un día en el aeropuerto puede agotar los nervios del viajero más intrépido. "Te preocupa llegar al aeropuerto, después buscar el mostrador de la aerolínea, conseguir tu
boleto, pasar por el puesto de seguridad y llegar a la puerta de embarque correcta", dice Gendreau. "Enseguida, comenzamos a comportarnos con ansiedad. Nos frotamos los ojos o nos
mordemos las uñas, y eso es un desastre total". Intenta eliminar los factores que te puedan causar estrés, y trata de llegar al aeropuerto con suficiente anticipación para tu vuelo o
ten a la mano una aplicación para meditar.