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Acostarse entre las 10 y las 11 p.m. podría beneficiar tu corazón, según un nuevo estudio que descubrió que los adultos que se acuestan a esa hora tienen un menor riesgo de padecer
enfermedades cardíacas en comparación con los adultos que se duermen más temprano o más tarde en la noche. En comparación con los adultos que se quedan dormidos alrededor de las 10 p.m., el
estudio que aparece en la revista European Heart Journal — Digital Health (en inglés) halló que los adultos que se acuestan después de la medianoche tenían un riesgo un 25% mayor de sufrir
enfermedades cardiovasculares. Irse a dormir antes de las 10 de la noche pone a los adultos en un riesgo un 24% mayor. Y acostarse a las 11 p.m. pone a los adultos en un riesgo un 12% mayor.
“Nuestro estudio indica que el momento óptimo para irse a dormir es en un punto específico del ciclo de 24 horas del cuerpo, y desviarse de este puede ser perjudicial para la salud. El
momento más riesgoso fue después de la medianoche, posiblemente porque puede reducir la probabilidad de ver la luz de la mañana, lo que restablece el reloj corporal”, dijo en un comunicado
el coautor del estudio David Plans, profesor sénior de Neurociencia Organizacional de University of Exeter. El estudio incluyó datos sobre el inicio del sueño y el tiempo de vigilia
recopilados durante siete días a través de dispositivos médicos usados por 88,026 adultos (de entre 43 y 79 años) en el Reino Unido. Los participantes se sometieron a otras evaluaciones de
salud y estilo de vida en ese momento. Las evaluaciones de seguimiento, completadas 5.7 años después, en promedio, encontraron que 3,172 participantes, o el 3.6%, padecieron enfermedades
cardiovasculares, que se definieron como un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad crónica de las arterias coronarias, derrame cerebral y ataque isquémico transitorio. Los
investigadores del estudio analizaron la asociación entre el inicio del sueño y los eventos cardiovasculares después de ajustar por factores como la edad, el sexo, el índice de masa
corporal, la duración del sueño, el estado de tabaquismo, otros problemas de salud y la situación socioeconómica. Los investigadores observaron una asociación más fuerte entre el inicio del
sueño y las enfermedades cardiovasculares en las mujeres que en los hombres. “Puede que haya una diferencia de sexo en la forma en que el sistema endocrino responde a una alteración del
ritmo circadiano. De manera alternativa, la edad mayor de los participantes del estudio podría ser un factor de confusión, ya que el riesgo cardiovascular de las mujeres aumenta después de
la menopausia, lo que significa que tal vez no haya diferencia en la fuerza de la asociación entre mujeres y hombres”, dijo Plans.