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TEMOR #5: TUS RODILLAS DOLORIDAS VAN A DOLERTE MÁS Si tienes artritis, solo moverte por la casa puede ser doloroso, así que una caminata a paso ligero puede parecerte algo imposible. Lo que
tal vez no sepas es que el ejercicio es un poderoso analgésico. En un estudio de casi 10,000 personas con osteoartritis de la rodilla y la cadera, quienes hicieron ejercicio dos veces por
semana durante seis semanas observaron una reducción promedio del dolor del 25%. De hecho, la Arthritis Foundation dice que hacer ejercicio se considera “el tratamiento más efectivo sin el
uso de fármacos para reducir el dolor y mejorar la movilidad en pacientes con osteoartritis”. Si caminar te causa demasiado dolor, empieza sentándote y levantándote de una silla del comedor.
Haz una serie de 10 repeticiones tres veces al día, aconseja Hartley. "Parece sencillo, pero con el tiempo este ejercicio desarrollará fuerza alrededor de las rodillas y en las caderas
y te ayudará a sentirte lo suficientemente fuerte como para empezar un programa de caminatas", dice. Es posible que al principio te duelan las articulaciones, por lo que debes empezar
despacio. Y no aumentes la intensidad demasiado rápido, advierte Bonoffski. Los ejercicios cardiovasculares de bajo impacto, como caminar y pedalear en una bicicleta estática, ponen menos
estrés en tus articulaciones. El ejercicio acuático es especialmente bueno dice Bonoffski, porque la flotabilidad del agua “ayuda a eliminar la presión que el peso de tu cuerpo ejerce sobre
las articulaciones, sin que dejes de moverte”. El entrenamiento de resistencia fortalecerá los músculos alrededor de las articulaciones para que puedan soportarlas y protegerlas mejor.
TEMOR #6: HACER EJERCICIO INTERFERIRÁ CON EL CONTROL DE TUS NIVELES DE AZÚCAR EN LA SANGRE Si tienes diabetes, seguramente habrás oído que la actividad física es una manera importante de
ayudarte a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Pero es posible que también hayas oído que tienes que controlar cuidadosamente tus niveles de azúcar en la sangre antes, durante y
después de hacer ejercicio para evitar fluctuaciones peligrosas, y puede que esto te ponga nervioso. Es importante que hables con tu médico sobre tu situación específica, pero para la
mayoría de las personas diabéticas, hacer ejercicio de manera segura es fácil de manejar, señala la geriatra y endocrinóloga Medha Munshi, directora del Joslin Geriatric Diabetes Program de
Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston y profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Harvard. "Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, tu médico puede pedirte que te
midas el nivel de azúcar en la sangre antes y después para entender cómo reacciona tu cuerpo”, dice ella. “Lo más prudente es consumir un refrigerio pequeño media hora antes y asegurarte de
que tienes contigo tus pastillas de glucosa y algunos refrigerios”. Si eres prediabético —lo cual significa que tienes un nivel alto de azúcar en la sangre pero no te han diagnosticado
diabetes tipo 2—, los estudios demuestran que hacer ejercicio habitualmente puede prevenir el desarrollo de la diabetes. TEMOR #7: PIENSAS QUE ESTÁS DEMASIADO DÉBIL O DISCAPACITADO, O QUE
ERES DEMASIADO MAYOR Si piensas que estás demasiado débil o discapacitado, o que eres demasiado mayor para hacer ejercicio, los expertos tienen una sola palabra para ti: ¡tonterías! Varios
estudios han revelado que los residentes de hogares de ancianos (incluidos algunos con más de 90 años) que siguen un programa de entrenamiento por un período de ocho a doce semanas ven
mejoras significativas en fortaleza, equilibrio, fuerza muscular y capacidad de caminar sin ayuda. Munshi, que diseña programas de ejercicios para sobrevivientes de derrames cerebrales, dice
que la clave está en encontrar los ejercicios adecuados. Cuando ella trabaja con personas en un estado muy frágil, por ejemplo, es posible que empiece animándolas a que caminen en la casa
durante cinco minutos antes de cada comida, apoyándose en un bastón o caminador si es necesario. Después de una semana, puede que aumente la duración a siete minutos. Para crear resistencia,
pueden hacer círculos con los brazos extendidos hacia los lados, o subir y bajar los muslos desde una posición sentada. "No importa si eres débil, frágil o estás en una silla de
ruedas. Nunca es demasiado tarde para empezar a hacer ejercicio”, dice Hartley.