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Muchos expertos en nutrición se esfuerzan por no demonizar ningún tipo de alimento en particular. Pero seamos realistas: si comes saludable, hay menos espacio en el plato para algunos
alimentos que para otros. Con la evolución de la ciencia de la nutrición y los mensajes contradictorios sobre lo que es saludable y lo que no, puede ser difícil decidir qué cosas convendría
evitar. Nosotros examinamos de cerca algunos de los alimentos más temidos de la actualidad para descifrar qué es lo que debes saber. CARNE Probablemente hayas escuchado que demasiada carne
—en especial la carne roja— no es buena para el corazón. Pero, a medida que la popularidad de las dietas paleo y keto, cargadas de carne, ha ido en aumento, se ha vuelto difícil evitar que
las personas llenen sus platos con hamburguesas (sin pan) y tocino en nombre de la buena salud. La investigación sobre la carne y la salud, sin embargo, sugiere que debemos ser cautelosos.
Cuando adultos sanos aumentaron su consumo de carne roja en apenas media porción más de lo que consumían al día durante ocho años, tuvieron un 10% más de probabilidades de morir
prematuramente en los ocho años siguientes, en comparación con quienes no incrementaron su consumo habitual de carne roja, según investigadores de Harvard School of Public Health que
hicieron un seguimiento de las dietas (en inglés) de más de 80,000 adultos. La reducción del consumo de carne roja, junto con el consumo de más alimentos como nueces, pescado, aves sin piel,
huevos, granos enteros o verduras, se asoció con un menor riesgo de muerte. En otros estudios se demostró que la reducción de las carnes procesadas, como el tocino y las salchichas, reduce
notablemente el riesgo de mortalidad. En cuanto a la presunción de que la carne blanca es siempre más saludable, puede que no lo sea, al menos cuando se trata del colesterol. Cuando hombres
y mujeres sanos siguieron dietas basadas en carnes rojas, carnes blancas y proteínas no cárnicas durante cuatro semanas cada una, sus niveles de colesterol LDL y colesterol total estuvieron
igualmente elevados después de ambas dietas cárnicas —y más altos que después de las semanas no cárnicas—, según una investigación publicada en el American Journal of Clinical Nutrition (en
inglés). En otras palabras, la carne blanca no fue mejor que la roja para reducir el colesterol. ¿Habrá que evitar las carnes? "La proteína es importante, pero un poco llega muy
lejos", afirma Joan Salge Blake, profesora clínica adjunta de Nutrición de Boston University. Si eliges la carne como tu fuente de proteína, recuerda que tres onzas (alrededor del
tamaño de una baraja de cartas) es una porción. Y asegúrate de elegir también muchas otras proteínas, como el pescado y los alimentos a base de plantas (frijoles, tofu), a lo largo de la
semana. AZÚCAR En Estados Unidos, la persona promedio consume el equivalente a 17 cucharaditas de té de azúcar añadida al día, según datos del Gobierno de EE.UU. (en inglés), lo que equivale
aproximadamente al doble del límite sugerido por la American Heart Association (en inglés) (la AHA recomienda que los hombres limiten su consumo a 9 cucharaditas al día y las mujeres a solo
6). Aunque no tengas el hábito de ponerle azúcar al café ni de usarla para endulzar la avena de la mañana, es posible que aún estés consumiendo más azúcar de lo que piensas. Gran parte del
azúcar añadido en nuestras dietas se esconde en alimentos inesperados como cereales, yogur, pan y salsa de tomate, dicen los expertos. Lamentablemente, esta sustancia blanca no es tan dulce
cuando se trata de tu salud. Las personas que consumieron un 25% o más de sus calorías diarias en azúcar añadida tuvieron el doble de probabilidades de morir de enfermedades cardíacas en un
periodo de 14 años, en comparación con quienes consumieron menos del 10% de sus calorías en azúcar, según un estudio de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) de
2014 publicado en JAMA Internal Medicine (en inglés). Y no supongas que estás fuera de peligro si tienes un peso saludable: el riesgo se mantuvo, independientemente del tamaño de las
personas.