Pérdida de peso: historias de éxito antes y después

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CONSEJO PARA MANTENERTE EN FORMA: incorpora ejercicio como puedas. El horario de Howard no le deja mucho tiempo para hacer ejercicio aparte de los fines de semana. Con todo y eso, se levanta


a las 6:30 a.m. todas las mañanas para hacer algunas flexiones de piernas y estiramientos suaves antes de un día en la oficina, y cuando ella y su esposo pueden escaparse para caminar por


la playa antes o después de la cena, lo hacen. “Sus pasos son como zancadas y para mí mantenerme a la par de él es una sesión de ejercicios”, dice. Los sábados y los domingos va al gimnasio


por una hora. “Estoy orgullosa de eso porque no me gusta el gimnasio y siempre es una lucha llegar allá”, dice. “Pero voy, uso la máquina elíptica por 35 o 45 minutos, levanto algunas pesas


y hago 15 abdominales, y eso es todo. Terminé, y puedo irme a mi hogar y empezar mi día”. CONSEJO DE MOTIVACIÓN: busca apoyo social. Howard le agradece a su esposo, con quien ha estado


casada por 15 años, por brindarle el apoyo emocional y la estabilidad que la ayudan a triunfar. “Muchas personas comen porque los tranquiliza, pero para mí, tener una relación maravillosa


brinda ese mismo nivel de bienestar”, dice. “Cuando eres verdaderamente feliz”, agrega, es menos probable que comas como una manera de “mejorar tu estado de ánimo”. Donald Mazzella, quien


comenzó a intentar perder peso para abordar su diabetes de tipo 2, terminó teniendo más energía y un cuerpo visiblemente más delgado. CORTESÍA DE DONALD MAZZELLA DONALD MAZZELLA, 75 AÑOS


Ridgefield, Nueva Jersey Peso que perdió: 28 libras LO QUE LO ANIMÓ A PERDER PESO: Hace siete años, a Mazzella le estaba costando trabajo controlar su diabetes de tipo 2, una enfermedad que


había padecido desde que tenía cuarenta y tantos años. “Mi esposa me decía constantemente que le preocupaba mi salud y que quería que perdiera peso para poder llegar a los noventa y tantos


años”, recuerda. Al mismo tiempo, su médico falleció y Mazzella empezó a consultar a un nuevo médico, quien también lo alentó a perder peso. ASÍ ES COMO LO HIZO: Mazzella redujo su consumo


de su comida favorita, espaguetis. “Son mi debilidad. No se me antojan los dulces ni los refrigerios, pero desde que era adolescente, podía comerme una olla entera de espaguetis cubiertos de


salsa de tomate”, dice. Ahora su esposa, JoAnn, intenta preparar comidas que incluyan por lo menos tres colores: blanco para las proteínas magras como camarones, pollo o cerdo, además de


rojo, amarillo, morado y verde provenientes de distintas verduras. Si Mazzella quiere espaguetis, los come como un acompañante muy pequeño, con ajo, almejas y un chorrito de aceite de oliva.


El almuerzo es su comida más grande del día y por lo general consiste en una ensalada grande con proteínas por encima, como pollo o pescado. Y nunca sale de su hogar sin desayunar, ya sea


dos huevos con una tostada, o medio _bagel_ con queso crema y salmón ahumado. “Es la comida que los adultos mayores tienden a omitir, pero si no la como, retrocedo”, dice. El médico de


Mazzella además lo cambió de la metformina a otro medicamento para la diabetes, Victoza, que puede promover la pérdida de peso (imita las hormonas en el cerebro que ayudan a sentirse lleno).


CONSEJO PARA MANTENERTE EN FORMA: haz ejercicio con un compañero. Mazzella camina por lo menos una milla con su esposa de lunes a viernes, y durante los fines de semana trata de caminar de


dos a tres millas. “Me di cuenta definitivamente de que a medida que empecé a perder peso —y lo perdí poco a poco, solo una o dos libras al mes— y tuve más controlada el azúcar en la sangre,


tenía más energía”, dice. CONSEJO DE MOTIVACIÓN: concéntrate en el largo plazo. Cuando Mazzella comenzó a intentar perder peso, su esposa le compró velas para el pastel de cumpleaños con


los números “9” y “7” —una meta de llegar con salud a por lo menos su 97.° cumpleaños—. “Cada vez que me descuido y como algo que no debo, ella me recuerda que vivir de manera sana no es una


carrera corta sino una maratón a largo plazo”. Gracias en gran parte al apoyo de su esposa, la hemoglobina A1c de Mazzella, una medida del azúcar en la sangre, ha pasado de 8.2 a 6.4, una


señal de que tiene la diabetes bien controlada. CHUCK UNDERWOOD, 69 AÑOS Miamisburg, Ohio Peso que perdió: 22 libras LO QUE LO ANIMÓ A PERDER PESO: Underwood siempre se ha mantenido en buena


forma, haciendo ejercicio cinco días por semana y alternando pesas y trotar. Pero hace dos años, tuvo que cuidar a su hermana por un año para ayudarla a recuperarse de una cirugía del


cerebro. “Seguí consumiendo comidas saludables, pero demasiada cantidad; el agotamiento emocional me quitó la energía para hacer ejercicio”, explica. Ganó 22 libras, todas alrededor de la


cintura. “Soy delgado en el resto del cuerpo, así que parecía que estaba embarazado de ocho meses, lo que se ve horrible en un hombre”, dice. Underwood viaja por el mundo como orador


motivacional y es el presentador de la serie televisiva de PBS _America’s Generations With Chuck Underwood_. Para él, perder peso era importante por motivos profesionales. “Mi carrera, mi


sustento, estaban en juego”.  Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > ASÍ ES COMO LO HIZO: Underwood usó Nutrisystem,


un programa comercial de pérdida de peso que ofrece comidas preenvasadas. “No tenía conocimientos de nutrición para adivinar sobre una dieta, ni la paciencia para hacer mucho ensayo y


error”, admite.  “Entré en internet un sábado por la mañana y busqué programas de pérdida de peso en Google, y los dos primeros que aparecieron fueron Weight Watchers y Nutrisystem. Me


pareció que el enfoque de Weight Watchers eran las reuniones en persona, y no tenía tiempo para comprometerme a eso ya que estoy muy ocupado con el trabajo y viajo continuamente. Nutrisystem


me pareció sencillo: ellos me enviarían la comida en las proporciones adecuadas, yo la consumiría y perdería peso”. La estructura del programa de alimentación funcionó para Underwood, quien


es soltero y creía que no estaría motivado para cocinar de manera saludable por sí mismo. Durante la primera semana, perdió nueve libras; después, se estabilizó en aproximadamente una libra


por semana. “Para mí tuvo que ver con la conveniencia —no tenía que ir al supermercado, ni cocinar—, pues me entregaban todo en mi hogar una vez al mes en envases listos para el


microondas”, dice.