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5. LAS ENFERMEDADES CARDÍACAS Los científicos hace años conocen que existe una conexión entre el estrés crónico y los infartos, pero hasta hace poco las razones no se entendían
perfectamente. Un estudio publicado en el ejemplar de junio de _Nature Medicine_ ilumina el fenómeno. Matthias Nahrendorf, investigador en la Facultad de Medicina de Harvard, descubrió que
las muestras de sangre tomadas de los médicos residentes bajo un alto nivel de estrés contenían un exceso de glóbulos blancos, que nos ayudaban a combatir las enfermedades. Investigaciones
anteriores habían sugerido que el cortisol de hecho cambia la textura de los glóbulos blancos y les facilita pegarse a las paredes de los vasos sanguíneos. El resultado es la placa arterial,
un marcador clave de la cardiopatía. El equipo de Nahrendorf confirmó su hipótesis cuando estableció que el exceso de glóbulos blancos provoca el endurecimiento de las arterias en ratones
estresados, pero saludables. 6. LA DEPRESIÓN En la última década, los investigadores han vuelto a evaluar el papel del estrés en la depresión y la salud cerebral, dice Huda Akil, profesora
de neurociencia en University of Michigan. Aunque frecuentemente la provoca un episodio que produce estrés, con el tiempo, la depresión "cobra una vida propia", dice ella. El
estrés desequilibra varios sistemas de neurotransmisores cerebrales —tales como la serotonina, dopamina y norepinefrina— que afectan negativamente el humor, apetito, sueño y libido. Algunas
personas con depresión grave tienen un nivel de cortisol permanentemente elevado, que con el tiempo puede alterar el hipocampo y dañar permanentemente las células del cerebro. "La
depresión es verdaderamente una enfermedad que cambia el cerebro", dice Akil. 7. LAS ÚLCERAS Y OTROS PROBLEMAS DEL ESTÓMAGO Por 50 años, los científicos atribuyeron las úlceras
estomacales al estrés. Pero en 1983, los investigadores australianos Robin Warren y Barry Marshall descubrieron que en realidad es la bacteria H. pylori la que causa las úlceras. Entonces,
¿estaban equivocados los padrinos de las investigaciones sobre el estrés? Resulta ser que alrededor de un 15% de las úlceras estomacales se desarrollan en personas no infectadas con la
bacteria, y solo un 10% de las personas infectadas desarrollan úlceras, según Robert Sapolsky, investigador especialista en el estrés en Stanford University y autor de _Why Zebras Don't
Get Ulcers_. Una teoría sostiene que el efecto que surte el estrés crónico sobre el sistema inmunológico permite que la bacteria H. pylori prospere. Otra sugiere que al ser expuestas al
estrés, las bacterias estomacales se desequilibran, y las dañinas sacan ventaja. "Las bacterias pueden crecer porque el sistema inmunológico no está funcionando adecuadamente",
dice el neurocientífico Bruce McEwen. "Así que las úlceras a la larga son esencialmente una discapacidad a causa del estrés". Los científicos permanecen divididos respecto de esta
conclusión, pero están de acuerdo que el estrés puede ser un factor crítico en el síndrome del intestino irritable, la indigestión, acidez, colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, que se
caracteriza por la inflamación crónica. 8. EL DOLOR DE ESPALDA, CUELLO Y HOMBROS Millones de estadounidenses se pasan el día encorvados sobre pantallas de computadoras y teléfonos celulares,
así que no es sorprendente que el dolor de espalda, cuello y hombros se encuentre entre las dolencias médicas más comunes —y costosas—. La combinación de inactividad física y esfuerzo
mental de por sí no crea las roturas discales, estenosis espinal y escoliosis que acosan a las personas a medida que envejecen, pero una vez comienza el dolor, el estrés puede intensificar
su severidad y su duración. Los dolores musculoesqueléticos parecen ser especialmente sensibles al estrés del lugar de trabajo. Los investigadores no están seguros de por qué las personas
con trabajos estresantes padecen de mayor dolor de espalda, cuello y hombros, pero teorizan que la inflamación provocada por el estrés impide la curación completa que aliviaría el dolor.
Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Jay Thompson José Mandojana JAY THOMPSON, 54 AÑOS Rx: el ejercicio Prueba
de que funciona: los investigadores de Princeton University han demostrado que la actividad física reorganiza el cerebro y desarrolla resistencia al estrés. Thompson tenía una probabilidad
muy alta de sufrir un infarto por causa de muchos factores. Era un fumador sedentario, le encantaba la cómida rápida y tenía 70 libras de sobrepeso. Pero el estrés fue probablemente la causa
de su infarto cardiaco masivo en el 2012. "Justo había comenzado un trabajo nuevo y mi hijo menor iba para la universidad, así que teníamos que quedarnos con la casa aquí en Phoenix
mientras yo me reestablecía en Seattle", dice. "Mis niveles de estrés eran increíbles". Cinco días en la unidad de cuidado intensivo, la colocación de dos stents de titanio y
la preocupación en las caras de sus familiares convencieron a Thompson de que todo tendría que cambiar. "Juré que dejaría de preocuparme por las pequeñeces", dice. También rebajó
70 libras y comenzó a ejercitarse. "Cuando salgo a caminar, correr, o a montar bicicleta es mucho más fácil dejar atrás lo que me molesta". Val Ferrero Kendrick Brinson VAL
FERRERO, 65 AÑOS Rx: los sistemas de apoyo social PRUEBA DE QUE FUNCIONA: el estudio Spouse Caregiver Intervention (Intervención de los cónyuges cuidadores) de New York University encontró
que aquellas personas que pertenecen a grupos de apoyo sufren menos estrés que aquellos que no participan en ellos. Al igual que muchas otras personas que cuidan de sus cónyuges que
sufren de demencia, Ferrero, quien reside cerca de San Luis Obispo, California, pensaba que sobrellevaba muy bien la situación. "A mi esposo Lee le diagnosticaron la enfermedad de
Alzheimer de inicio precoz en el 2008 y el estrés es muy furtivo. Crees que estás bien. Hasta que algo cambia y echa todo a perder". El año pasado, el agotamiento la llevó a contagiarse
con un resfriado común que terminó convirtiéndose en neumonía. Hace unos años comenzó a asistir a un consejero, quien la instó a asistir a los grupos de apoyo de la Alzheimer's
Association. "Hice amistades con personas que saben exactamente por lo que estoy pasando. Ellos son mi sustento, ya sea a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos, grupos de
apoyo o citas en un café".