Cómo ser feliz, cambie de actitud - mejorar la salud - aarp

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“Evolucionamos en el mundo natural, que sigue siendo parte integral de nuestra salud y bienestar”, señala Stephen Kellert, ecologista social de Yale University. Los ambientes naturales


estimulan la mente. “La exposición al aire libre facilita nuestra capacidad para concentrarnos, ayuda a la memoria y nos renueva”, explica Kellert. El ejercicio físico y el aumento de la


resistencia asociados con el estar al aire libre producen beneficios importantes, ya que las personas se vuelven más sedentarias con la edad. Caminar, la jardinería, pescar, andar en bote o


en bicicleta, todo cuenta. No se preocupe si no vive cerca de una montaña o del océano. Su propio patio trasero, el parque local, un jardín botánico que esté cerca, o un oasis verde en medio


de la ciudad funcionarán bien. Para aprovechar lo que la naturaleza tiene para ofrecer, elija un destino específico para una salida e incorpórelo como parte de su vida cotidiana. Ayudar a


los demás sólo durante dos horas a la semana puede ayudarlo a dormir mejor, y mejorará su sistema inmunológico. Nadav Kaner/Gallery Stock 5. AYÚDESE AYUDANDO A LOS DEMÁS Los voluntarios que


dedican tiempo a organizaciones comunitarias, o que ayudan informalmente a amigos, parientes y vecinos, dicen experimentar más felicidad y mejor salud que las personas que no lo hacen. Según


la Corporation for National and Community Service (Corporación para el Servicio Nacional y Comunitario), los hombres y mujeres que se desempeñan como voluntarios están más satisfechos con


su vida y gozan de mejor salud física que los no voluntarios. Los adultos mayores de 70 años que dedican unas 100 horas de su tiempo al año para realizar trabajos como voluntarios dijeron


haber experimentado un menor deterioro de la salud y niveles de depresión más bajos que los no voluntarios. “A los adultos mayores les gusta escuchar que el trabajo voluntario es beneficioso


para su salud y que contribuye a su felicidad, pero eso es un subproducto derivado del trabajo voluntario”, señala Stephen Post, profesor de medicina preventiva en Stony Brook University,


de Nueva York, y autor de The Hidden Gifts of Helping (Los dones ocultos de ayudar a los demás). “El hacer algo por los demás es la recompensa clave”. Para aprovechar esta fuente de


bienestar, vaya a volunteermatch.org e ingrese su ciudad o código postal. 6. PRUEBE EL TAI CHI  Los suaves movimientos del tai chi disminuyan la ansiedad y la depresión, mejoran la calidad


del sueño, bajan la presión arterial y alivian el dolor crónico. Estos ejercicios de bajo impacto y movimientos lentos alientan a quien los practica a concentrarse en la respiración y en el


cuerpo, y le permiten concentrarse completamente en el presente. “El Tai Chi contribuye a una actitud más positiva, no sólo como resultado del ejercicio sino también a través del apoyo de


trabajar en un grupo”, señala Chenchen Wang, reumatólogo investigador de la Escuela de Medicina de Tufts University, de Boston. El tai Chi enseña cómo pararse, caminar, levantar y respirar


de una manera perfectamente natural, explica Tricia Yu, de Taos, Nuevo México, que ha enseñado esta disciplina por 38 años. Yu señala que el tai chi es adecuado para todos, y puede adaptarse


a necesidades individuales. Tanto el yoga, que proviene de la India, como el tai chi, de la China, son prácticas que involucran la mente y el cuerpo, y que reflejan una comprensión


milenaria de cómo ambos trabajan juntos”, concluye Yu. Tomar clases es la mejor manera de aprender tai chi.