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Si padeces hipertensión, insuficiencia cardíaca o enfermedad renal crónica, es muy probable que te receten un inhibidor de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA). Esta clase de
fármacos fue aprobada inicialmente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) a principios de la década de 1980. En la actualidad, existen 10 inhibidores de ECA en el mercado, y
los medicamentos más recetados son el lisinopril, enalapril y ramipril. Si el nombre de tu medicamento termina en "pril", estás tomando un IECA. Estos medicamentos suelen ser la
primera línea de tratamiento de la hipertensión arterial y las afecciones cardiovasculares por su eficacia, sus propiedades preventivas, su compatibilidad con otros medicamentos para la
presión arterial (como los diuréticos o los antagonistas del calcio) y su reputación de tener efectos secundarios relativamente leves. Dicho esto, algunas personas —aproximadamente una de
cada diez— pueden experimentar una tos seca persistente al tomarlos. Para entender mejor por qué se produce este síntoma y las mejores formas de tratarlo, AARP habló con el farmacéutico Zac
Cox, profesor del Departamento de Práctica Farmacéutica de la Universidad de Lipscomb en Nashville, Tennessee. ¿CÓMO ACTÚAN LOS IECA? Los IECA bloquean una enzima que convierte la
angiotensina I en angiotensina II, una hormona conocida por elevar la presión arterial. Al circular menos angiotensina II por el organismo, la presión arterial disminuye. ¿QUÉ ES LA TOS DEL
LISINOPRIL? La tos causada por un inhibidor de ECA, a veces llamada tos de lisinopril, es seca, sin presencia de mucosidad o flema. Los síntomas suelen aparecer entre las dos primeras
semanas y un mes después de empezar a tomar un IECA. En raras ocasiones, la aparición de los síntomas puede retrasarse hasta seis meses, pero estos datos podrían deberse a retrasos en la
notificación del síntoma, señala Cox. "Es realmente persistente. Es una especie de necesidad de toser. No es productiva. Y luego no desaparece", dice. Algunos pacientes consideran
que la tos afecta a su calidad de vida, mientras que otros pueden seguir con sus actividades cotidianas sin verse afectados.