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Marianne Sarcich, de Wilmington, Delaware, tenía alrededor de 45 años cuando comenzó a experimentar hinchazón y diarrea incómodas. Una ávida corredora, tuvo que reducir su actividad
drásticamente: “Si corría más de unas pocas millas, sufría episodios intensos de diarrea”, dice. Un gastroenterólogo le diagnosticó síndrome del intestino irritable (SII). Luego, al
atravesar la menopausia unos años después, Sarcich descubrió con sorpresa que su problema se transformó y fue reemplazado por estreñimiento. Hoy, a los 58 años, dice que sus síntomas
oscilan. “Es una enfermedad extraña y desconcertante”, reflexiona. “¿Por qué yo?” LOS ASPECTOS DESAGRADABLES DE LA ENFERMEDAD Los síntomas del SII incluyen dolor abdominal recurrente,
hinchazón y cambios en las deposiciones (diarrea, estreñimiento o ambos). Se conoce como un trastorno de la interacción intestino-cerebro, lo que significa que está relacionado con la manera
en que el cerebro y el intestino funcionan juntos. “El SII puede causar cambios en las hormonas cerebrales que hacen que el intestino sea más sensible, lo que puede causar síntomas como
dolor abdominal e hinchazón”, así como cambios en las evacuaciones intestinales, explica el Dr. William Chey, gastroenterólogo de la Universidad de Míchigan. “Si bien el SII es más común
entre los 30 y los 50 años, los mayores de 50 años representan una proporción significativa de la población con SII”, dice el Dr. Anthony Lembo, vicepresidente de investigación del Instituto
de Enfermedades Digestivas de Cleveland Clinic. Y esos síntomas a menudo cambian con la edad. “A medida que envejeces, las terminaciones nerviosas en el intestino se vuelven menos
sensibles”, dice Lembo. Como resultado, el dolor abdominal y las molestias son menos graves. Sin embargo, la diarrea y el estreñimiento crónicos siguen siendo comunes y pueden empeorar con
la edad. Si tienes dolor abdominal recurrente o un cambio en tus hábitos intestinales que dura más de un par de semanas, consulta a tu médico de inmediato. Tal vez quiera evaluarte para
detectar otras enfermedades, como intolerancia a la lactosa, enfermedad celíaca, infecciones e incluso algunas enfermedades graves como el cáncer de colon o la enfermedad inflamatoria
intestinal. Quiza te recomienden análisis de sangre y de heces y, en algunos casos, una colonoscopia. Es probable que el SII sea la causa si no hay otra explicación.