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El riesgo de miocarditis —uno de estos efectos secundarios poco comunes— en el rango de edad de 50 años o más “se considera realmente mínimo”, dijo Marks, de la FDA. “El perfil de efectos
secundarios que se analizó en un millón de personas que recibieron dosis adicionales en Israel es muy favorable en este rango de edad”. Dicho esto, debes anticipar algunos efectos
secundarios posibles, aunque temporales, después de la inyección. La fatiga, la fiebre, el dolor de cabeza, el dolor muscular, los escalofríos y las náuseas son todos síntomas comunes
reportados después de recibir las vacunas contra la COVID-19 y otras vacunas. Pero el refuerzo adicional tampoco parece aportar ningún beneficio a las personas que no lo necesitan
—nuevamente, estamos hablando de personas más jóvenes que no tienen ningún problema de salud—, especialmente cuando se trata de desarrollar una inmunidad celular más duradera que ayude a
proteger el cuerpo de una enfermedad grave. “Los principales determinantes son la edad y luego tus enfermedades subyacentes. Y mientras más alto sea tu riesgo de enfermar de gravedad a causa
de la COVID-19, más pronto deberás recibir ese segundo refuerzo”. — Dra. Ashley Drews, Houston Methodist “Los niveles de anticuerpos siempre aumentarán después de una dosis de refuerzo.
Pero no está claro que tan crítico sea esto”, dice Moss. “Debemos preguntarnos cuál es realmente nuestro objetivo con respecto a las vacunas. ¿Nuestro objetivo es tratar de prevenir todas
las infecciones, que es casi un objetivo imposible para una vacuna, o es prevenir la enfermedad grave, las hospitalizaciones y la muerte, que es un objetivo mucho más razonable? Y creo que
probablemente hemos cumplido este objetivo en la mayoría de las personas con tres dosis”. La FDA llevará a cabo una reunión el 6 de abril (en inglés) para hablar sobre el futuro de las
vacunas de refuerzo y si se necesitarán más dosis para una población más amplia y con qué frecuencia. Las autoridades de salud también hablarán sobre cómo podrían ser esas vacunas. Puede ser
que en los próximos meses a un año tengamos más opciones para las vacunas de refuerzo, dice Moss, como vacunas específicas para cada variante o vacunas nasales que proporcionan inmunidad
local. Los científicos también están trabajando en la creación de una vacuna que podría funcionar contra varios coronavirus. También es posible, “en particular para los adultos más jóvenes
que gozan de buena salud, que no necesiten un refuerzo anual”, dice Moss, aunque esto depende del curso de la pandemia y de las variantes que puedan surgir. “Tal vez los refuerzos anuales
sean únicamente para las personas más vulnerables”. ¿CUÁL ES LA CONCLUSIÓN? El mensaje clave es evaluar tus riesgos, y si tienes alguna pregunta, habla con tu médico. “De nuevo, los
principales determinantes son la edad y luego tus enfermedades subyacentes”, dice Drews. “Y mientras más alto sea tu riesgo de enfermar de gravedad a causa de la COVID-19, más pronto deberás
recibir ese segundo refuerzo”. Y no te olvides de las otras herramientas que pueden ayudarte a prevenir una enfermedad grave: las mascarillas de alta calidad pueden prevenir que ocurra una
infección en primer lugar, y si contraes la COVID-19, varios tratamientos pueden reducir la gravedad de la enfermedad. “Creo que también es importante vacunarte o aplicarte el refuerzo si no
lo has hecho. Porque me preocupan más los millones de personas que todavía no se han vacunado y los millones de personas mayores de 65 años que todavía no han recibido su primer refuerzo.
En mi opinión, en eso deberíamos centrarnos”, dice Del Rio. Científica latina crea una vacuna revolucionaria